Tribuna

Leopoldo parias

Socio director de Deloitte en Andalucía y Extremadura

¿Andalucía o Palo Alto?

El tejido empresarial andaluz ha sabido reinventarse, atraer inversión de fuera y abrir y liderar el mercado en una gran variedad de sectores más allá de los tradicionales

¿Andalucía o Palo Alto? ¿Andalucía o Palo Alto?

¿Andalucía o Palo Alto? / Rosell

Hablar de transformación digital es ya hablar en términos anticuados. Lo mismo ocurre con el concepto disrupción de mercado. Toda empresa que haya sobrevivido a la profunda crisis económica que afectó a la economía mundial lo ha hecho gracias a una redefinición de su estrategia hacia un modelo digital y de innovación absoluta de su objeto de negocio, ambos procesos ya culminados y encarando sus propias segundas fases. Andalucía, en este caso, no es diferente al resto de comunidades autónomas, excepto por un pequeño detalle: las empresas andaluzas lo han hecho igual o mejor, y con considerablemente menos recursos. No es ningún secreto que la centralización de empresas e inversión alrededor de Madrid y Barcelona ha hecho poco por el desarrollo y oportunidades del resto de España durante muchos años. Esa tendencia ha llegado a su fin. El tejido empresarial andaluz ha sabido reinventarse, atraer inversión de fuera y abrir y liderar el mercado en una gran variedad de sectores más allá de los tradicionales, como son el turismo o la agricultura. Esta capacidad de acceder a fuentes de financiación alternativa es un factor clave de competitividad para afrontar el gran reto de la empresa andaluza, el del tamaño. Si los pinares de Palo Alto (California, Estados Unidos) han visto nacer y crecer a empresas tan relevantes como Google, Apple o Facebook, la foresta andaluza ha dado oxígeno a proyectos únicos que bien podrían competir en unos años con las grandes multinacionales.

Ya en 2016, este mismo diario publicaba que Andalucía lideraba el ranking nacional de solicitud de patentes, 506 en total, un 14,4% más que el año anterior, según datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Nombre cualquier sector y allí habrá una nueva empresa andaluza entre las principales del mercado que ha sido capaz de lanzar un proyecto muy relevante tras un proceso de entrada de inversores. ¿Sector textil? Scalpers seguro que le viene a la mente. Con sólo 11 años de vida, ya compite con Inditex gracias a sus 128 puntos de venta en más de seis países y se ha convertido en un referente en la moda masculina de nuestro país. ¿Industria? Industrias Gráficas Lappí, líder en el sector de las etiquetas en España, con un volumen de negocio de más de 20 millones y única empresa española del sector que cuenta con tres centros productivos en nuestro país y delegaciones en Reino Unido, Bélgica, Marruecos y en Caribe. ¿Artículos para mascotas? La malagueña Tiendanimal, ya presente en cuatro países, en los que ya ha fidelizado a 900.000 clientes con un catálogo de más de 30.000 referencias on line, prevé superar los 100 millones de euros de facturación este año y ha obtenido financiación por valor de 60 millones, con el objetivo de abrir 100 tiendas en 2020. ¿Bebidas espirituosas? Puerto de Indias, también conocida como la ginebra rosa, es la tercera ginebra más consumida en España y ya producen 6,5 millones de botellas al año para clientes de media Europa, EEUU México y Ecuador.

Es precisamente este lugar prominente en el mercado el que ha propiciado la aparición de nuevos grados en las universidades andaluzas que busquen satisfacer las necesidades del mercado y el emprendimiento de los jóvenes andaluces. Los dobles grados en Ingeniería Informática y Tecnologías Virtuales o en Administración y Dirección de Empresas y Comunicación son combinaciones académicas nunca antes vistas y un claro ejemplo de ello. El mercado demanda ya que los jóvenes andaluces no sólo estén formados en una disciplina, sino que abarquen varias áreas de conocimiento. El modelo español se acerca así al norteamericano, donde los estudiantes pueden probar varias asignaturas, de diferentes carreras, hasta el segundo año de universidad, en el que declaran por qué grado se decantan.

Así, el buen devenir de las empresas no es sólo un motor económico, es también un generador de cambio social. Nada impide ya que un joven almeriense, por ejemplo, pueda lanzarse a montar su propio negocio sin tener que irse a Madrid o al extranjero, atrayendo inversión a su idea y replicando los casos de éxito que han echado raíces en nuestra comunidad. Casos de éxito como los indicados son sólo uno de los muchos ejemplos del buen ritmo que el talento y el emprendimiento andaluz han cogido y que, a golpe de éxito empresarial y social, va desterrando tópicos relacionados con nuestra comunidad. Sí, España va bien, pero Andalucía va también por el buen camino.

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