El soberanismo arremete contra la Corona

Sánchez debe dejar muy claro a Torra que el Estado no permitirá ningún boicot al Rey, que simboliza la unidad y la soberanía de España

El independentismo catalán ha puesto en el punto de mira a la Corona y a su actual representante, el rey Felipe VI. Las razones no son muy difíciles de imaginar: la Monarquía constitucional, como indica nuestra Carta Magna, es hoy una de las principales garantías de la unidad nacional y de la soberanía de todos los españoles, un obstáculo de primer orden para que los separatistas alcancen su objetivo de separar a Cataluña del resto de España. Asimismo, a los independentistas no se les escapa que la figura de Felipe VI fue, durante los convulsos días que siguieron al referéndum ilegal del 1 de octubre, fundamental para abortar la intentona de golpe contra el Estado de derecho. Hubo un antes y un después del discurso que pronunció el Rey la tarde del 3 de octubre, y los nacionalistas saben perfectamente que fue en ese momento cuando perdieron toda esperanza de que prosperasen sus intenciones. Lejos de ser una intervención ambigua y equidistante, con etéreos y vacuos llamamientos al entendimiento -como algunos pretendían-, el discurso del Rey se comprometió al máximo con el ordenamiento constitucional y con las autoridades encargadas de garantizarlo.

Los independentistas -y algunos sectores del populismo en Cataluña- nunca le perdonarán al Monarca el que actuase en defensa del Estado del que es jefe. De ahí que en los últimos tiempos hayamos asistido a diferentes intentos de boicot a su figura, como el que se produjo durante el Mobile World Congress. La intención es clara: impedir que el Rey pueda visitar con normalidad Cataluña, algo que se inserta en el intento de los nacionalistas de invisibilizar el Estado español en esta comunidad autónoma. Los separatistas son muy conscientes del valor simbólico de unidad que tiene la Monarquía y harán todo lo posible por desgastarla.

Esta intolerable estrategia ha quedado más en evidencia que nunca en los últimos días con el intento del boicot del Ayuntamiento de Gerona y otros colectivos y personajes independentistas a la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona, una institución impulsada por la Corona para estrechar sus lazos con la sociedad catalana, algo que ven como una amenaza los soberanistas. No han logrado sus objetivos, pues la ceremonia se celebrará en el acreditado Celler Can Roca (por lo que sus propietarios ya han sido insultados), pero con probabilidad los separatistas no cejarán en su intento. En la anunciada reunión entre el presidente Sánchez y el president Torra, el primero debe dejar muy claro al segundo que el Estado no tolerará más boicots al que es símbolo de nuestra unidad y soberanía.

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