Un proyecto necesario y seguro

Un exceso de crítica puede llevar a la paralización del proyecto del baipás de Almodóvar del Río, algo intolerable

Como ya hemos afirmado alguna vez en este periódico, la construcción del baipás de Almodóvar del Río es fundamental para el futuro de las comunicaciones ferroviarias en Andalucía. Esta infraestructura evitará que el tren Sevilla-Málaga tenga que pasar por la estación de Córdoba, con lo que se reducirá el trayecto en unos veinte minutos. Además, supondrá una no desdeñable inversión de 31 millones de euros procedentes del Estado. Tampoco hay que olvidar que el baipás de Almodóvar del Río será en el futuro fundamental en la conexión Sevilla-Granada, es decir, para la unión ferroviaria entre la Andalucía occidental y la oriental, incomprensiblemente interrumpida desde hace dos años por problemas en la conexión de Antequera, una situación que ya roza lo intolerable.

Por lo dicho, no se entiende la actitud hipercrítica que han tomado la Junta de Andalucía y otros organismos, como el Ayuntamiento de Málaga, ante el proyecto, que ya ha motivado el lógico enfado del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Cuando después de años de espera -hace más de tres lustros que se habla de este enlace- se consigue que el Estado se comprometa en su ejecución -el compromiso es licitarlo en 2018-, la Administración andaluza se descuelga con una serie de críticas que cuestionan el proyecto y, especialmente, su seguridad. La reacción de De la Serna no se ha hecho esperar: como no podía ser de otra manera, el proyecto del baipás cumple escrupulosamente la normativa europea y nacional al respecto. El consejero de Fomento, Felipe López, debería actuar con más responsabilidad y no sembrar dudas y desconfianza hacia un proyecto realizado por profesionales de primer nivel y avalado por el Estado español. En respuesta a estas críticas, la Junta ha tenido que sufrir el bochorno de que se le recordase el fiasco del eje ferroviario transversal en el que enterró 280 millones de euros, además de destrozar el paisaje de la campiña con una raya de 77 kilómetros.

Tiene razón el ministro al recordar el mucho trabajo y tiempo que ha costado sacar adelante la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto y que realizar cambios importantes en el mismo podría suponer que no se licitase durante la actual legislatura, lo cual sería un completo desastre. Como se suele decir, hay que coger los trenes cuando pasan. Seguir cuestionando el baipás de Almodóvar del Río cuando está a punto de ser una realidad puede tener resultados más que negativos.

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