Un pacto para superar la crisis de la sanidad

Una vez que la oposición ha cumplido con su obligación de fiscalizar al Gobierno, debería atender el ofrecimiento de pacto

Como era de prever, el debate general sobre la sanidad que se celebró el pasado miércoles en el Parlamento de Andalucía fue duro y correoso. Después de las importantes movilizaciones populares en algunas importantes ciudades de nuestra comunidad autónoma contra el decreto de fusión de hospitales y de la dimisión de importantes miembros de la cúpula de la Consejería del ramo, era lógico que así fuese. Sin embargo, la jornada dejó un titular que no debe caer en saco roto: el ofrecimiento de un pacto que el consejero Aquilino Alonso ofreció para la tramitación de la Ley de Garantías del Sistema Sanitario Público de Andalucía, un texto que todavía no ha llegado al Parlamento y que pretende blindar una financiación suficiente para el SAS, aunque sin hablar de cifras.

Tras rectificar claramente en el decreto de fusiones hospitalarias, el Gobierno de Andalucía también reconoció el miércoles algunos graves problemas que afectan a nuestra sanidad, como la precarización del empleo en el SAS o la opacidad que a veces afecta a la gestión de este organismo. Además, habría que sumar dos cuestiones que preocupan especialmente a los ciudadanos: las saturaciones de las Urgencias y los importantes retrasos que sufren los pacientes en ser atendidos en las consultas de los especialistas. Sin embargo, también tuvo razón el consejero Aquilino Alonso cuando destacó las virtudes de nuestro sistema hospitalario y ambulatorio, que realiza unos cien millones de actos sanitarios anualmente y que emplea a 96.000 profesionales. Los defectos -que evidentemente los hay- no deben tapar el inmenso logro colectivo que es tener un sistema sanitario público como el que podemos disfrutar los andaluces.

Una vez que la oposición ha cumplido con su obligación parlamentaria de fiscalizar la labor del Gobierno andaluz, es hora de que considere seriamente aceptar el ofrecimiento de Aquilino Alonso para alcanzar un pacto que permita arreglar los graves y urgentes problemas que tiene nuestra sanidad, la cual -al igual que la educación- debería estar fuera de la lucha política de más bajo vuelo. El Gobierno tiene la obligación de encontrar soluciones, pero la oposición también tiene su parte de responsabilidad en ayudar en lo posible a la mejora del sistema sanitario andaluz. Lo contrario no lo entenderían los ciudadanos.

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