Pedro Sánchez ha terminado la primera toma de contacto con los líderes de los principales grupos del Congreso. Con independencia de que el presidente debería haber esperado a que fuese el Rey quien convocase, primero, a una ronda de consultas, las tres entrevistas permiten hacer un cálculo de cómo comenzará la presente legislatura y cuál puede ser la fórmula de Gobierno. La primera cita es la del 21 de mayo, cuando se constituyen las Cortes. Para ese día, es previsible, según lo anunciado por Pablo Iglesias, que el PSOE y Unidas Podemos tengan un acuerdo para constituir las mesas del Congreso y del Senado, así como para la elección de ambos presidentes. Esto supondrá un primer paso de colaboración entre las dos izquierdas, pero no asegura la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno, a lo que Pedro Sánchez se resiste. "Nos hemos puesto de acuerdo en estar de acuerdo". Esto es lo que ha explicado de su reunión un Pablo Iglesias transformado, más prudente que aquel que hace cuatro años se postuló como vicepresidente ante el Rey. El líder de Unidas Podemos lo intentará, pero Pedro Sánchez sabe que su entrada poco aportará a un Gobierno que debe responder ante el conjunto de los españoles. Aunque la alianza entre el PSOE y Ciudadanos es una de las preferidas entre los españoles, Albert Rivera ha dejado claro que ni quiere entrar en el Gobierno ni desea hacer una oposición confluente con Pedro Sánchez. Lo más que le ha ofrecido es apoyo para implementar ya el artículo 155 de la Constitución sobre Cataluña, además de los archiconocidos pactos que sólo se quedan en palabras. En su intento por adelantar al PP, Ciudadanos hará una oposición dura y sin concesiones. Sánchez lo ha captado y le ha dado la primera respuesta recíproca al no facilitar a Rivera la sala de prensa de los Consejos de Ministros donde sí intervino Pablo Casado. Según La Moncloa, el trato de favor a Casado se debe a que es el líder de la oposición, figura que, por cierto, no existe en el parlamentarismo español, aunque Felipe González se la concediese en su día a Manuel Fraga con la intención, no expresa, de que nunca dejara de serlo. Pablo Casado se ha mostrado con otro tono, quiere explorar toda la colaboración posible en asuntos de Estado con el Gobierno y ambos partidos han abierto ya una comunicación permanente sobre Cataluña. Habrá que esperar a que se abran las Cortes y a que se constituyan los grupos para que el Rey inicie la ronda de consultas, que finalizará con la propuesta del candidato a la Presidencia de Gobierno

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