El ineludible compromiso con la Constitución

Felipe VI aprovecha la celebración de la Pascua Militar para trasmitir a la cúpula del Ejército los deberes y el compromiso a los que obliga la Carta Magna

Felipe VI aprovechó ayer la celebración de la Pascua Militar para transmitir a la cúpula del Ejército "los deberes" a los que obliga la Constitución". "Con la que todos estamos incondicionalmente comprometidos", recalcó el Rey. Lo hizo en una ceremonia -la de este año que no es sólo el de la pandemia sino también el de la polémica salida del país de su padre, el anterior Jefe del Estado y por tanto hasta el día de su abdicación, en junio de 2014, también de las Fuerzas Armadas- que era muy esperada al concurrir circunstancias como el desafío a la Monarquía que algunos -incluidos los miembros del Gobierno pertenecientes a Unidas Podemos- insisten en alentar, las cartas contra el Ejecutivo de coalición que le remitieron mandos retirados y los comentarios de tono golpista de algunos de ellos en un chat. En una línea que recordó a su mensaje de Navidad, Felipe VI volvió a elevar la Carta Magna por encima de cualquier otra consideración en una defensa a ultranza de un texto que, al tiempo que reconoce, otorga y defiende derechos, también impone y consagra deberes. No mencionó el Rey la iniciativa de esos militares que intentaron presionarlo con sus misivas, pretendiendo colocar al jefe del Estado frente al Gobierno, pero sí puede deducirse de esa parte de su discurso en la que concedió el protagonismo a la Constitución de 1977, que quiso recordar, y con énfasis, que "todos estamos incondicionalmente comprometidos con ella porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y de todas las instituciones del Estado, una legitimidad que se renueva cada día respetándola y observándola". En su papel cohesionador y ante los integrantes de la máxima jerarquía del Ejército, Felipe VI volvió a indicar desde el Salón del Trono del Palacio Real que la única ruta está marcada "libre y democráticamente por el pueblo español". Como indicó en su discurso que siguió al del Rey, la ministra de Defensa, Margarita Robles, que sí hizo mención al episodio de las cartas, "nadie tiene derecho, y menos quienes en su día vistieron el uniforme de las Fuerzas Armadas, a perjudicar el inmenso prestigio que tienen nuestros ejércitos". Y menos aún un año en el que muchos de sus miembros se han dejado la piel, luchando contra la pandemia, de un extremo a otro de España.

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