Tras la ruptura por parte de Ciudadanos del pacto de legislatura con el PSOE existía una altísima probabilidad de que Susana Díaz convocase elecciones autonómicas adelantadas, ya que la minoría parlamentaria en la que quedaba el Gobierno hacía imposible la aprobación de los Presupuestos de 2019 y, en general, la gobernabilidad de Andalucía. La duda fundamental era qué fecha exacta escogería la presidenta de la Junta para dichos comicios. Ayer se despejó la incógnita: el próximo 2 de diciembre. Sería ingenuo pensar que Susana Díaz no ha tenido muy en cuenta sus intereses políticos y los del PSOE a la hora de convocar las elecciones -algo que es una práctica habitual, independientemente del partido o el territorio-, pero lo cierto es que este adelanto supone un ejercicio de realismo y responsabilidad. Desde que el Gobierno andaluz quedó en minoría parlamentaria y todo el mundo dio por amortizada la X Legislatura, era inútil y perjudicial intentar agotar unos tiempos en los que ya nada se podía construir. Además, las continuas especulaciones sobre las posibles fechas electorales habían creado un clima de incertidumbre y estrés político que poco o nada favorecían la estabilidad económica, política y social de nuestra autonomía. La propia presidenta Díaz reconoció ayer que había tomado su decisión tras escuchar las apelaciones de distintos agentes sociales y económicos.

Consideramos importante que los comicios andaluces tengan su propia y exclusiva jornada. Esto permitirá un debate específico sobre los muchos problemas de nuestra tierra y, aunque será inevitable que en el mismo se cuelen algunas referencias a la difícil situación nacional, los candidatos se tendrán que esforzar más en adoptar un acento andaluz que no siempre -e incomprensiblemente- está presente en el debate autonómico. Por otra parte, el adelanto electoral -de apenas tres meses y medio- permitirá tener resuelta la gobernabilidad de Andalucía en unos momentos en los que el panorama nacional puede estar sumamente enrarecido por la evolución del procés y la pérdida de apoyos parlamentarios de Pedro Sánchez.

Los andaluces están convocados el próximo 2 de diciembre a las urnas. Serán unas elecciones en las que se decidirán cosas muy importantes que afectan a la vida cotidiana de todos los ciudadanos (sanidad, educación, servicios sociales...), por lo que no podemos más que animar a la participación. Después, una vez cerrados los colegios electorales, serán los políticos los que tendrán que dotar a Andalucía de un Gobierno lo más estable posible para afrontar unos tiempos que se prometen turbulentos tanto política como económicamente. En estos comicios -como en todos- es mucho lo que nos jugamos.

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