ETA debe disolverse sin más dilaciones

Quedan todavía más de 300 crímenes pendientes sin esclarecer y es lo primero que hay que exigir a los etarras

La organización terrorista ETA sigue dilatando el esperado anuncio de su disolución casi siete años después de que comunicara, en octubre de 2011, el "cese definitivo de su actividad armada". Ahora, la excusa para continuar con este juego de amagos es el "proceso de debate que está a punto de concluir", según el comunicado etarra enviado al diario Gara la víspera de la festividad del Aberri Eguna (el Día de la Patria) que el PNV celebró el domingo, y con el que los terroristas buscan cada año una cuota de protagonismo. Las especulaciones sobre la fecha en que la banda realizará tal anuncio, con el objetivo de buscar un escaparate propicio, no deben distraernos de la realidad. ETA hace muchos años que cayó derrotada y su pervivencia simbólica es un anacronismo del que todo el mundo quiere desprenderse cuanto antes, incluso las formaciones nacionalistas radicales que llegaron a darle siniestra cobertura. La contundencia del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que el domingo instó a los miembros de ETA a asumir "con claridad su trágico legado y la injusticia de sus actos", evidencia hasta qué punto la sociedad vasca ha conseguido afortunadamente recuperar la cordura en ausencia de estos pistoleros, después de 43 años de tiranía del terror. Tiene razón la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, al enfatizar sobre el comunicado que "lo único" que quieren oír de boca de un terrorista "son datos que nos ayuden a esclarecer los asesinatos". Son casi 300 los crímenes que restan por resolver tras un balance de 829 víctimas mortales. La sociedad española no puede hacer borrón y cuenta nueva a costa de la sangre de esas cientos de víctimas inocentes. ETA debe ayudar a esclarecer la autoría de esas muertes y resarcir, al menos de esa manera, el daño que ha causado durante su sombría historia. La única comprensión y apoyo debe ser para las víctimas del terrorismo, que no pueden percibir de las instituciones españolas el más mínimo interés en pasar página cuanto antes. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha urgido a frenar cualquier tipo de acto público o de panfleto radical que sirva para blanquear su historia criminal y para agradecer a sus miembros haber asesinado". Las heridas que hay abiertas son muy profundas y, aunque hay que felicitarse porque el final definitivo de este grupo de delincuentes está cada vez más cerca, la memoria de lo que sucedió debe pasar de generación en generación, para que sea imposible que se repita más.

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