No es vana la tentación de muchos políticos por pronunciar frases grandilocuentes, máxime si su estilo personal es el de escucharse a sí mismos cuando hablan. Frente a la "conjunción planetaria" de la ínclita Pajín, referida a Obama y Zapatero, nos encontramos, ahora, con el "vínculo luminoso" referido al aniversario de la II República y señalando el hecho como uno de los grandes hitos históricos de España, junto con la Constitución del 78 y la entrada en el Mercado Común Europeo. Por supuesto que son hechos históricos, pero no necesariamente asimilables entre ellos y, menos aún, unidos a criterios de progreso y convivencia muy especialmente el primero de ellos.

Y es que resulta un sarcasmo que la alusión a ese pasado luminoso la haga nuestro presidente, uniéndolo al hecho constitucional del 78, cuyo modelo de organización política del Estado no termina de digerir. Claro que quien es capaz de afirmar lo mismo y lo contrario sin solución de continuidad, no repara en contradicciones, incoherencias y lo peor, las mentiras. Porque no es verdad el relato republicano de los sectarios sino el que los archivos históricos y los investigadores imparciales custodian y cuentan, respectivamente.

El advenimiento de la República fue motivado por una decisión unilateral del rey Alfonso XIII, tutelada por personajes de la intelectualidad, en aras de evitar una confrontación ciudadana y en un ejercicio de intentar poner a España en la senda de las democracias al uso. No fueron cuantitativamente los votos sino una ensoñación democrática frustrada por el encadenamiento precoz de muchos errores y, una vez más, la mentira de algunos líderes socialistas -Largo Caballero el más protagonista- para quienes la República era burguesa y lo necesario era la "dictadura de proletariado". De ahí, que desde los inicios se combatiera el modelo, se negara la alternancia política, -¿les suenan de algo las palabras recientes de "la derecha no volverá a gobernar"?- y se cuestionaba la propia legalidad vigente… La leal y disciplinada aceptación de la Iglesia, solo sirvió para convertirla en una víctima preferente sustentados en un anticlericalismo de base popular mayoritario.

Las pretensiones sovietizantes son paralelas a las "bolivarianas" actuales y la asunción de tics generadores de odio -polarización le dicen hoy- ya son evidentes… Aceptable es el recordatorio pero para no repetir los errores y no andarse en la utopía sino en evitar que los jueces tengan que quejarse ante la UE, la transparencia evite el clientelismo y la corrupción, la libertad se ejerza sin riesgos de ser agredido, las ayudas a los perjudicados por la pandemia lleguen en tiempo y forma… antes que la arrolladora voracidad fiscal se imponga. En fin, gestione y establezca un "vínculo luminoso" con el presente y no vaya, después de negarlo frente a muchos, a prorrogar la alarma después del 4 de mayo. No es más que un pálpito personal.

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