Otra vez

Se deja la bomba debajo de la mesa, se quita uno de en medio y ahí queda la onda expansiva

Después del humillante espectáculo de contemplar cómo se ampara en Alemania a un fugitivo de la justicia española, con toneladas de cara dura y desfachatez, parece que la leyenda negra sigue dando réditos por aquellas tierras y por estas. Aquí, la España políticamente cateta, como siempre, dando grititos de espanto cuando leen los panfletillos teutones. El capítulo ahora en marcha nos ha tocado de lleno en Huelva. No se trata exactamente de leyenda negra. Parece más bien mano negra. De ser así la mano que manda no es conocida, por eso es negra, la que obedece sí, se llama Buzzfeed News. Es la publicación que se ha despachado hablando de miles de casos de violaciones entre las trabajadoras del campo en España, Italia y Marruecos. Lo firman Pascale Mueller, que se autodefine como "reportera política y sobre violencia sexual", las dos cosas juntas, y Stefania Prandi, que firma como "colaboradora" de la revista. Me da la impresión de que el reportaje está basado en el opúsculo de esta última titulado Oro Rojo, de este mismo año.

Estas señoras hacen un trabajo de campo con algo más de cien muestras, después de anunciar en titulares que "el acoso sexual y las violaciones son el día a día de miles de trabajadoras del campo en Europa". O sea que de las miles en toda Europa entrevistan sólo a unas cien mujeres entre Marruecos, España e Italia. Y el genérico "en los campos de Europa" se queda nada más que en la recogida del tomate y la fresa. Con ese bagaje concluyen la investigación, publican titulares y tiran la piedra. Veintiocho mujeres, dicen las autoras, afirman haber sido "abusadas o violadas" en los tres países citados. Documentan un solo caso en nuestra provincia advirtiendo dos veces a los supermercados alemanes que compran esas fresas que miren bien las cosas que pasan en España. A partir de ese caso, que espero sea contemplado judicialmente, encienden el ventilador y allá van señaladas a dedo "las asociaciones agrícolas, los sindicatos locales, la policía y las autoridades responsables en España". Muy propio de buena parte del periodismo actual: se deja la bomba debajo de la mesa, se quita uno de en medio y ahí queda la onda expansiva. Los afectados que se defiendan como puedan. Queridas reporteras, a ver si un día hacéis un artículo-denuncia instando a que la justicia alemana entregue a la española a un prófugo imputado por gravísimos delitos contra el orden constitucional que suman más de veinticinco años de cárcel. Seguro que os saldría mejor y así barreríais un poco vuestra propia casa antes que la del vecino. Me avisáis y os vuelvo a leer encantado.

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