Los resultados presentados por Aiqbe este viernes sobre el ejercicio de 2021 vienen a confirmar la importancia del sector industrial para la provincia de Huelva: sólo las 19 empresas que forman parte de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva alcanzaron el año pasado una facturación conjunta de 10.765 millones de euros. La cifra la coloca, también en cuanto a actividad, en los niveles previos a la pandemia, que condicionó irremediablemente la actividad económica en todo el mundo en 2020. Probablemente ningún otro sector como el industrial ha tenido esa capacidad para la recuperación tras una crisis sanitaria que paralizó todo como no había sucedido nunca antes.

Destacaba el presidente de Aiqbe, José Luis Menéndez, la resiliencia en la industria. Y se está viendo en esta nueva recesión global en ciernes, avivada por la invasión rusa en Ucrania, que ha alterado los escenarios y ha dejado en evidencia a Europa por su fuerte dependencia energética exterior.

La evolución planificada de la industria energética a medio plazo se ha acelerado por las circunstancias actuales. Se están impulsando nuevos proyectos que tienen en el centro, de nuevo en España, la industria de Huelva para contribuir al avance de la economía española, y europea en extensión.

La importancia del sector secundario es indiscutible, por su naturaleza estructural, para la economía nacional. Porque ésta no se puede sostener únicamente con los servicios o el sector primario, muy dependientes del consumo doméstico, tan expuesto a recesiones como la actual, que vulneran en gran medida la economía familiar.

Son clave la innovación y la ciencia para impulsar la transformación de la industria, y especialmente la energía, para ejercer, una vez más, como el principal tractor de la economía. Queda muy claro que sólo los países más industrializados resisten mejor las crisis, y seguro que ahora le harán frente en mejores circunstancias, con celeridad y solvencia. Por eso la apuesta debe ser ambiciosa para que la aportación del tejido industrial al PIB nacional se acerque al 25%, aunque el objetivo por ahora se quede en el 20%.

Aquí Huelva debe jugar de nuevo un rol protagonista en este avance industrial previsto en el país, con gran proyección en Europa. Por eso es tan importante alcanzar un grado de madurez suficiente para perder prejuicios y enterrar de una vez la hostilidad a cualquier movimiento que suponga un avance en el desarrollo industrial. Hace falta que la Administración no ponga trabas y despeje el camino, y que también el sector se abra a la sociedad sin complejos, tan diferente ahora a lo que era 40 años atrás después de mucho esfuerzo. Pero vaya por delante la necesidad de mostrarnos como una sociedad madura que aspira a evolucionar y crecer. Nuestro futuro va en ello.