Visiones desde el Sur

No todo vale

La ciudadanía tiene derecho a manifestarse, pero no debería dejar manipularse por intereses espurios

El próximo domingo hay convocada en Huelva una manifestación con el lema Huelva, por una sanidad digna. Ayer, en este mismo periódico, se decía que desde el colectivo ciudadano se quiere dejar claro que esta manifestación es "apolítica, asindical y que sólo se invita a los vecinos de Huelva a que acudan con globos blancos".

Respecto a que la ciudadanía se manifieste ante todas aquellas circunstancias que entienda que son mejorables, y la sanidad pública de Huelva lo es, como todo sistema organizativo, nada tengo que objetar. Todo lo contrario.

Pero en este asunto, que, reitero, me parece manifiestamente mejorable, hay algunas cosas que me escaman, que no me cuadran. Y pondré algunos ejemplos. ¿Cómo es posible que este movimiento esté siendo liderado por una persona que mantiene abierta una consulta privada? ¿No será que a las clínicas privadas les interesa poner en entredicho las prestaciones de la sanidad pública para obtener una mayor rentabilidad en sus negocios privados? -pregunto-.

Por otra parte, el apoyo del PP a la iniciativa tampoco me encaja, nada. ¿Cómo es posible que dicha organización, que aprobó en solitario -sin apoyo de ningún otro partido-, el Real Decreto-Ley 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del sistema Nacional de Salud, siendo ministra la señora Ana Mato, y que vino a romper en España la universalidad de las prestaciones sanitarias e impuso el copago sanitario tanto a los asegurados como a los beneficiarios, saque pecho en este asunto como si la hemeroteca no estuviera ahí a disposición de todo el mundo?

Dicho Decreto supuso una merma de derechos inalienables a inmigrantes sin papeles, a los mayores de 26 años sin empleo asegurado, a divorciados, a discapacitados en grado inferior al 65%, a pensionistas y a los enfermos crónicos. Así, sin más. Porque al PP, que vuelve a gobernar este país, le dio la gana con objeto de fomentar la sanidad privada o en último caso un sistema mixto de prestaciones. Liberalismo puro y duro. Lo que imponen los nuevos tiempos económicos en todo Occidente.

Reitero, la ciudadanía tiene derecho a manifestarse y a utilizar las vías que la Constitución dispone para preservar sus derechos, pero no debería dejarse manipular por intereses espurios. No. No todo vale en política, aunque a algunos el paradigma del buen gobernante sea la mentira y el recorte de derechos a los que el Señor Montoro nos tiene tan acostumbrados.

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