Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

En torno a la pequeña Mari Luz

Amedida que siguen pasando las semanas sin que aparezca la pequeña Mari Luz los sentimientos a flor de calle entran en un complicado laberinto. De un lado, los padres recurren a detectives privados, aunque salvando siempre su confianza en la Policía. En la gente del común se escuchan comentarios que cuestionan la eficacia policial, cayendo así en un error que hay que evitar por muy dura que sea la demora. Y los más críticos, en ese ambiente de calle que rodea el caso, se extrañan incluso de que haya autoridades políticas que asistan a mítines y sonrían en ellos mientras cientos de personas buscan a la pequeña o se concentran en un sentimiento común de esperanza.

A medida que pasa el tiempo, es necesario un mayor esfuerzo por mantener viva la confianza en las fuerzas del orden, que desarrollan su trabajo con las posibilidades de éxito que un caso así puede deparar, pero con un empeño fuera de toda duda.

Y en cualquier caso, hay que pedir de las autoridades políticas que sepan valorar el esfuerzo que se hace para colaborar en el buen desarrollo de las investigaciones, y que tiene que convivir con el necesario derecho a la información, que es algo de lo que no se puede desertar ante la ciudadanía y que permite que, como ha ocurrido, la Prensa aporte datos y testigos.

En este escenario y con la perspectiva del tiempo que pueda quedar antes de que la pequeña Mari Luz aparezca, a todos compete mantener vivo su recuerdo y animar las manifestaciones y concentraciones en pro de su pronta aparición. En este sentido es obligado compartir el temor de los padres a que el caso se pierda en el olvido.

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