Hay solución

Para que España viva el Estado de las Autonomías, cumplido su ciclo, debe ser liquidado democráticamente

Aestas alturas no hay español que no sepa el origen de nuestros males, aun siendo muchos quienes se niegan a reconocerlo o se benefician de él. Lo ha expresado con mucha más prudencia y mesura de la que yo sería capaz el general Agustín Rosety en Actuall: "Contemplamos con horrorizada pesadumbre el deprimente espectáculo social y político que ofrece nuestra querida tierra catalana. A poco que lo pensemos, estamos recogiendo los frutos de aquel defectuoso Título VIII de la Constitución y de la alocada transferencia de competencias, algunas tan sensibles como la educación, a las comunidades autónomas".

Ese "a poco que lo pensemos" es decisivo, porque mucho nos tememos que la fuerte reacción de la ciudadanía que empieza a encontrar expresión, y que no dejará de producirse aunque el Gobierno la tema tanto o más que a los secesionistas, se parece demasiado a la que en sentido inverso arrebata a las masas ebrias de odio a España: exceso de rabia, de bufonadas, de emoticonos y de las variadas pamplinas que hoy sustituyen el déficit de reflexión y de lecturas. Los españoles son tan catalanes y los catalanes tan españoles que a todos se nos ocurre lo mismo, aunque no seré yo quien eche vinagre en las heridas abiertas de mis compatriotas ante espectáculo de tanta miseria, rencor y traición.

Pero entre tanto pronunciamiento, tanto editorial y tanto ruido echo en falta la voz autorizada y con proyección pública que señale al verdadero culpable de la crisis histórica en que nos encontramos y que no ha hecho más que empezar: el Estado de las Autonomías, responsable del vaciamiento que la idea de España ha sufrido como hermosa empresa común y capaz de unir a los ciudadanos. ¿Qué es hoy España para buena parte de sus habitantes? ¿Qué era para la gran mayoría hace cuarenta años? ¿Qué ha sucedido desde entonces? Pues ahí, no en las masas que se manifiestan en Barcelona, debemos buscar el origen del problema de España.

Ay, si surgiera la voz necesaria que sin miedo a lo que parece imposible ofreciera a los españoles la solución que muchos saben única: que para que España viva el Estado de las Autonomías, cumplido su ciclo, debe ser liquidado de forma democrática, ordenada y cuanto antes. El partido que sea capaz de proponerlo con una salida viable que haga posible la recuperación de la nación, ganará el futuro. Porque España no está muerta ni va a morir.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios