Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
La verdad es que el mes de Agosto, en vías de finalización, ha sido peculiar pues salvo para el inquilino de La Mareta, la actualidad política no ha estado sesteando.
Digo esto porque las dos grandes premisas de la presentación cotidiana con la que se nos regala la acción política y de gobernanza con los socios, tal cuales son: progresismo y “cambios de opinión”, por utilizar el lenguaje oficial, no sólo no han mejorado sino que ha empeorado.
En base a ello, lo de progresistas es una autocalificación que no voy a seguir utilizando dado que las actuaciones no son equiparables a los preceptos definitorios de la calificación propios de un modelo democrático. Si a ello unimos las perspectivas que nos transmiten los hechos y que están más vinculados a la abstracción del ejercicio ético en la toma de decisiones, acompañado de constantes “cambios de opinión”, tanto en la ejecución de acuerdos como en la rememoración de hechos pasados para satisfacción de los guionistas del argumentario diario como para mayor gloria del líder indiscutible e indiscutido.
Dentro de esta simbiosis, progresismo-cambios de opinión, hay un elemento de contorsionismo general como es la habilidad para “ponerse de perfil” ante cualquier circunstancia que pueda afectarles: “... el PP no puede dar lecciones a nadie porque Puigdemont se les fugó a ellos en un maletero…” M. Robles dixit. Pues dice intencionadamente mal y, en consecuencia, miente. El doblemente buscado, cuando se fue la primera vez no estaba aún en fuga y captura.
Recordarán cuando en el Metro se hablaba del problema del CGPJ, donde se decía que el PP bloqueaba su renovación y ahora que está renovado el Presidente quiere imponer una Presidenta del citado órgano y rechaza un candidato de “su cuerda” pero que en su día paralizó y luego permitió la exhumación de Franco.
Item más, los vocales de la facción cercana al sanchismo, en un ejercicio de servidumbre ideológica, se negaron a comunicar públicamente una declaración institucional defendiendo la independencia judicial. ¿Quién bloquea en el CGPJ?. Sin más comentarios.
Por fin, como adorno final, el “golpe de calor” que debió sufrir en Granada el Secretario General de UGT, pues para justificar el galimatías de la ministra Montero que no sabe explicar lo que quieren sin parecer que lo quieren y preconiza una subida de impuestos. Se ve que el sindicalista no tiene mucha conciencia de lo que cuesta, día a día, obtener un salario cuando su propuesta debería ser sobre mejoras de la eficacia, la eficiencia, la productividad, … la gestión, en una palabra.
Pero claro, es evidente que la servidumbre ideológica supera a la ética y los valores.
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