La serpiente

Unos irán al asalto del poder y otros tratarán de evitarlo. Entonces ya será muy tarde

Llevamos ya en España algo más de un siglo soportando el nacionalismo cateto, egoísta, sectario, iluminado, analfabeto y vampiro. Pero mira por donde esta partida de señoritos consentidos puede que estén a punto de encontrar la horma de su zapato. Los nacionalismos vasco y catalán son en su origen burgués, acomodado, señoritingo y de clase pudiente que ha despreciado soberanamente todo lo que ha tenido por debajo. Y he aquí que no tenían bastante con sus dineritos, sus inmuebles, sus bancos y sus acciones aquí y allí. Les parecía poco y decidieron dedicarse a sacarle el jugo y la sangre al resto de los españoles. Y así fue que inventaron el nacionalismo. Una ideología soñada por unos fundadores analfabetos que hoy estarían en manos de un psiquiatra. En el fondo y en la forma de lo que se trataba era de aparecer como unos personajes dostoievkianos ofendidos y humillados. ¡Ellos tan bien cebados y alimentados! A partir de ahí todo sería muy sencillo pedir, pedir, pedir, llorar, llorar, llorar y amenazar, amenazar, amenazar con que rompemos la baraja y nos vamos. Y la cosa coló hasta nuestros días. En vez de partirse de risa el resto de los españoles y pagarles una buena asistencia psiquiátrica, fueron escuchados, consolados y les fueron llenados los bolsillos para que acabaran sus gemidos y durmieran bien por las noches. En ello andamos. Ahora no hay que mandarlos al psiquiatra. Ahora lo que hay que mandarles es un batallón de jueces y algunas compañías de la Guardia Civil.

Dicho esto. Pongámonos en un escenario de política ficción en el que ambas regiones españolas han conseguido la independencia. No tardarían dos semanas en tener entre ellos una guerra civil. Y es que los señoritos barrigones y egoístas han criado a la serpiente debajo de su mesa de camilla. En su enloquecido afán por hacer odiable todo lo español no han podido evitar que la extrema izquierda, la izquierda talibán y todos los yihadistas marxistas hayan tomado nota y para nacionalistas ellos. Pero como buena izquierda estalinista tienen un problema y es que quieren mandar ellos en aquellas hipotéticas repúblicas independientes. Naturalmente no van a dejar que los señoritos se queden con el pastel. ¿Por qué han salido ya miles de empresas de Cataluña? Pues precisamente por esto. Por la alta posibilidad de un estallido revolucionario que se lleve por delante al lucero del alba. Unos irán al asalto del poder y otros tratarán de evitarlo. Entonces ya será muy tarde.

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