Seamos sensatos

Cumplamos con el mismo rigor que el aislamiento para no ser tapadera de la incompetencia

Vaya por delante que a día de hoy no tengo militancia política alguna, de ahí que presuma de independencia personal en ese terreno, y que sustente mis opiniones sobre la base de las ideas -que no de una determinada ideología- que conforman una manera de pensar, analizar y decidir, en función de determinados valores éticos, educativos, de creencia y de responsabilidad con respecto al entorno social. Y hago esta introducción para que entiendan la ausencia de ninguna intención de beligerancia sino de reflexión, lo más imparcial posible, sobre el momento que estamos viviendo.

Quisiera ser menos contundente en la exposición, pero no es momento de autoengaños sino de un ejercicio responsable de nuestras obligaciones como ciudadanos. Son días para actuar con sensatez, disciplina y atención al cumplimiento de las directrices emanadas desde la autoridad competente por contradictorias que puedan parecernos. No olvidemos ni caigamos inocentemente en el señuelo que se nos plantea para acabar sirviendo de coartada frente a la incompetencia e incoherencia de los dirigentes que, por ende, está comenzando a generar confrontación, no solo ideológica que ya anuncié en pasadas semanas, entre ciudadanos.

Nos quejamos, todos, de las masificaciones y pérdidas del distanciamiento, aconsejable y necesario en esta crisis sanitaria, pero estarán de acuerdo conmigo, sin justificar incumplimiento alguno, que para ello, y después de dos meses de aislamiento domiciliario, hay que estar mentalizado ante la situación y sus verdaderos riesgos.

Pues bien, cuando la información, las imágenes, los mensajes… salvo el recuento estadístico diario, han sido de autocomplacencia y propaganda, las percepciones se minimizan. La información, casi siempre, comparativa con otros países nos ha presentado la parte más lúgubre y trágica de los otros. Aquí, aplausos, cánticos, mensajes "simpáticos" dirigidos por niños, los verdaderos sufridores de la primera línea fabricando sus propias protecciones -ya habrán visto el comentario de la exconsejera de Aragón- podríamos reseñar multitud de situaciones ¿festivas? Sin embargo, ¿cuántas presencias en hospitales, residencias, morgues improvisadas, han visto del presidente? Con ese ambiente de mentalización es difícil evitar los incumplimientos, no lo son, a título de ejemplo, las duras campañas de la DGT, imaginen con esto. Así, por favor, cumplamos con el mismo rigor que el aislamiento para no ser tapadera de la incompetencia. Seamos sensatos, por el bien de todos.

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