La retracción del consumo

Vivimos un mal momento y no tenemos un Gobierno a la altura de las circunstancias

Somos conscientes de que la economía tiene que reactivarse, lo que significa que es necesario que el dinero fluya; esto es, que tenemos que aumentar el consumo. Por eso, Pedro Sánchez nos anima a ello, a que gastemos. Cada vez que le escucho ese mensaje me recuerda a esos personajes cercanos que, desde su seguridad económica, dan consejos y lecciones, a quienes no disfrutan de su misma situación, de lo que se debe hacer y de cómo hay que vivir. Eso es algo que siempre me ha dado coraje, pues, en una economía personal, no es lo mismo un recorte de un 10% de los ingresos para quien cobra 900 euros mensuales que para quien cobra 5.000 y, no digamos, tampoco es igual quedarse en el paro para quien tiene unos escasos ahorros como para quien tiene recursos más que suficientes para sobrevivir durante mucho tiempo. Muy probablemente, él no debe tener problema para el gasto, pero la inmensa mayoría de los españoles sí. Muchos porque se han quedado sin trabajo y otros, porque cobran menos. Como evidencia visual innegable es el aumento de las colas de personas para recoger lo más básico: comida. No obstante, aparte de estos escenarios dramáticos o penosos, hay otros que obstaculizan esa reactivación, como son las previsiones tan sombrías que se vierten sobre España por las más variadas instituciones de dentro y fuera de nuestro país. Las cifras que aportan son siempre de entre las peores o la peor del entorno, lo mismo las de la Comisión Europea, del FMI o del Banco de España, entre otras. Por otro lado, no sería nada extraño que la ayuda que nos llegue de la Unión Europea exija cambios importantes que afecten a nuestro nivel adquisitivo y que obligue a aplicar recortes; entre otros motivos por la desconfianza comunitaria hacia las políticas del Gobierno. Estas son cosas que están ahí, pero que el presidente se las calla. Manifiesta abiertamente que no se bajarán las pensiones ni los sueldos de los funcionarios. Pero ¿alguien se lo cree? ¿Cuántas cosas ha dicho para después no cumplirlas? La respuesta a esta pregunta es larguísima, ¿verdad? Y, para más inri, están los impuestos. El que nos insta a que consumamos anuncia una reforma fiscal que, de momento, no tranquiliza a nadie, a pesar de que afirme que solo pagarán más las grandes corporaciones. Sin duda, lo haremos todos, por el IVA, eliminación de desgravaciones o por cualquier vericueto fiscal. Con todo esto, el consumo se retrae. Vivimos un mal momento y no tenemos un Gobierno a la altura de las circunstancias.

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