La decisión de comenzar a planificar una Semana Santa dentro de las limitaciones que permita la pandemia es un ejercicio de responsabilidad. A menos de tres meses para el Domingo de Ramos es evidente que la situación no será muy diferente a la vivida en las últimas semanas por muy controlada que pueda estar en ese momento la pandemia. La tercera ola actual ya es suficiente aviso para como ser cautelosos. Los cofrades sabrán disfrutar de la celebración en los templos. Ya tendremos tiempo de volver a disfrutar de nuestros palcos y nuestras calles llenas de devoción.
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