Hoja de ruta

Ignacio Martínez

La rebelión de los 'filósofos'

ME divirtió oír por la radio a Rajoy el martes. Humor gallego y buena retranca para driblar las preguntas comprometidas de los periodistas, sobre su equipo propio, para el congreso popular de junio, su tono en el balcón de Génova la noche del 9 de marzo y otros detalles. De hecho, la letra y la música de su alocución de la noche electoral sonaban a despedida. Y el martes, el hombre plantó cara al coro que hace cuatro años montó el circo de la teoría de la conspiración y ahora ha cambiado de función e interpreta una rebelión con el lema ¡vete, Mariano!

El director de El Mundo ha encontrado un nuevo filón y desde el domingo toca sus trompetas ante la presidencia del PP, como si fueran las murallas de Jericó. Pedro J. no anda descaminado cuando apunta en un editorial que el PP debe cambiar de entrenador, de fichajes y de táctica. Añado de mi cosecha que antes debe sustituir a sus filósofos de cabecera y licenciar a los pedrojotas, federicos, roucos y alcaraces. Los periodistas, la jerarquía eclesiástica o los dirigentes de las víctimas del terrorismo no deberían dictar la doctrina de ningún partido. Ha habido demasiado espontáneo en los aledaños del PP los últimos cuatro años y todos jugaban la carta de la radicalización. Y encima resulta que no les gusta el tono del político gallego; al parecer quieren a alguien más duro. El desmentido de Rajoy a su marcha ha cogido dándose los últimos toques de peluquería, maquillaje y manicura, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Estaba tan dispuesta a salir a escena que su número dos, el secretario del PP madrileño Francisco Granados, le ha movido la silla el lunes a base de bien al presidente nacional de su partido. Sin éxito, de momento. Veremos qué ocurre si arrecia la campaña.

Rajoy ha mandado un mensaje de calma a su partido. Esperemos que tenga el mismo detalle con el resto de la sociedad española y se disponga a hacer una legislatura más positiva. Eso es al menos lo que promete aquí, en Andalucía, Javier Arenas. Moderación y colaboración han sido las palabras más repetidas del presidente de los populares andaluces, en su primera rueda de prensa tras las elecciones. El duopolio PSOE-PP, que domina el Parlamento andaluz, tiene que ser consciente de que los ciudadanos están reclamándoles más responsabilidad y entendimiento y no más crispación. Así que bienvenida sea la vuelta de Arenas al Parlamento andaluz, de donde salió en 1996, cuando le nombraron ministro de Trabajo.

Los dos principales partidos del Parlamento nunca habían tenido tantos diputados en los 26 años de historia de la autonomía. PSOE más PP (AP en los dos primeras elecciones) han sumado 83, 88, 88, 86, 92, 98, 98 y 103 escaños sucesivamente en las ocho convocatorias electorales. Veremos si una Cámara menos plural es más eficiente.

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