Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Le quedan dos meses y medio

Al delegado del Gobierno le quedan diez semanas para cumplir lo que dijo; al consejero de Salud, menos de un mes

Haciendo gala de un voluntarismo digno de admiración, los empresarios le han dado al Gobierno central, en la persona de su representante en la comunidad autónoma, un plazo de tres meses para que diga algo sobre algo. Me acordé, vaya usted a saber el motivo, de un apodo que le pusieron a un capo de la mafia neoyorquina, uno de los últimos, un personaje mediático que llegó a convencer a estrellas del lejano Hollywood con las que se codeaba, de que era una buena persona. A John Gotti le llamaban Don Teflón, por la facilidad que tenía en evitar la acción de la justicia, hasta que se le desgastó la capacidad antiadherente y acabó en la cárcel víctima de un cáncer. A más de uno y salvando las incómodas e injustas comparaciones le aplicaría también ese mote porque ya le puedes decir lo que sea que van a lo suyo.

Los debates de los Presupuestos Generales del Estado, ya saben esa birria de muchos folios en los que se cita a Huelva menos de lo justo, han llegado a lo que se suponía, es decir a nada. Lo que molesta es que a los catalanes le subtitulen las pelis de Netflix o que en Navarra se vea la programación infantil de ETB porque otra cosa no, pero Peppa Pig siempre ha tenido un ramalazo nacionalista peligrosísimo. ¿Alguien pensaba que las enmiendas que se lanzan desde la tribuna iban a tener algo que ver con el AVE, con el túnel de San Silvestre, con la presa de Alcolea, con la autovía con Badajoz, con un aeropuerto privado que languidece en algún cajón pero que no tiene que ver con que le iba a restar pasajeros al hispalense, no sean ustedes mal pensados? Pues eso, que la noble madera se ha transformado en material en el que nada se pega. Codazos para su segundo de televisión en el que la cosa gruesa se impone y cuanto más gruesa mejor. Así se ganan puntos respecto al jefe de turno (no importa de qué partido se trate, créanme).

Han pasado dos semanas. Al delegado del Gobierno en Andalucía le quedan dos meses y medio para que demuestre que una de las provincias en las que tiene mando le importa mínimamente.

Tampoco en el otro lado están sobrados de tiempo. Al consejero de Salud, dicen que personalidad emergente en el partido que gobierna, le queda todavía menos. No en la Consejería, que a lo mejor también, sino en venir a Huelva a presentar el proyecto del hospital materno-infantil, un lujo asiático que tienen las mujeres de aquí que no quieren desplazarse hasta Sevilla para cualquier capricho (modo ironía on, por favor). A Aguirre le queda un mes para cumplir lo que dijo.

Hagan sus apuestas, pasarán los dos plazos sin que nada pase. O sea, como siempre.

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