El Malacate

Javier Ronchel

jaronchel@huelvainformacion.es

La proyección del destino Huelva

Esta semana que entra se celebra Fitur en Madrid. La ómicron no ha impedido que recupere su fuerza la Feria Internacional de Turismo de España, la segunda cita del sector más importante del mundo y paso obligado para todo destino que quiera abrirse un hueco entre la variada oferta nacional e internacional. Volverá así a verse estos días el trasiego de representantes institucionales y municipales en la maltrecha conexión ferroviaria de Huelva a Madrid, un golpe de realidad para quienes se afanan por atraer visitantes a esta tierra de riqueza indiscutible pero de abandono permanente.

Es evidente que la lamentable situación del tren, la inexistencia de aeropuerto -pese al proyecto 100% privado de viabilidad contrastada- y la falta de desarrollo de la red de carreteras relega al destino Huelva a una posición de clara desventaja respecto a otros puntos de Andalucía y España, que lograrán con más facilidad estos días acuerdos con inversores y touroperadores, e incluso captarán la atención de ese público que hace suya la feria cuando se abren sus puertas el fin de semana. Todo suma. Todos son momentos para aprovechar.

Pero al margen de ese hándicap asumido durante años con resignación por parte onubense, conocedores de que cualquier solución estructural tardaría unos años en llegar, hay una obligación en Huelva de diseñar y vender una oferta que tenga el suficiente atractivo para superar los obstáculos que en el camino nos han dejado durante décadas las administraciones que tienen capacidad para evitar el maltrato comparativo de esta provincia. Hay una oportunidad para esforzarse, optimizar y competir.

En esta edición del periódico pueden descubrir con Eduardo Sugrañes una revista de turismo publicada en Huelva hace 100 años, en 1922 [impagable ese anuncio de Ford en portada]. Ya entonces se daba cuenta de que la provincia estaba "olvidada en las altas esferas gubernamentales", pero sabían de la importancia de proyectarse al exterior y sus páginas eran bilingües, también en inglés y en francés. Era, quizá, un guiño a quienes pusieron en marcha las minas de Riotinto y Tharsis, público potencial en Europa que ahora deberíamos también rescatar decididamente para que se reencuentre aquí con su pasado. Es lo que ocurre con ese patrimonio industrial y minero que es otra opción de desarrollo turístico en Huelva, como se ha visto días atrás en una jornada en el Puerto.

Demos valor a lo que tenemos, convenzámonos de ello y superemos las adversidades. Tomemos la iniciativa y hagamos cosas. Pero, eso sí, hagámoslas bien.

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