POR montera

Mariló Montero

Tenemos un problema

LOS académicos de la Lengua Española están a punto de ceder sus ilustres sillones de cuero capitoneado a sus hijos y nietos para que sean ellos quienes arbitren nuestra ortografía. Esto tiene que ser producto de la humanización de los estudiosos lingüistas y los ratos de ocio que pasan con sus vástagos inmersos en el mundo de los sms y el messenger. De todos es sabido que con la llegada de los mensajes de móvil se ha creado una nueva ortografía que algunos puristas han bautizado como ortografía talibán, por los destrozos a los que nuestras letras están sometidas por una simple cuestión presupuestaria. En principio, los textos no podían ser largos porque no había espacio suficiente para marcar todos los caracteres y, segundo, porque a más letras más céntimos el mensaje. Esta circunstancia provocó el nacimiento de una ortografía instintiva: "Cuando escribes abreviando no piensas en cómo estás escribiendo. Coges habilidad con el móvil y tu dedo se desplaza solo de una letra a otra sin importar el orden. Es algo que sale solo, sin pensar". Dicho esto, de las fuentes consultadas para hacer mis valoraciones sobre la cuestión, léase Isabel Montero Oronoz, toda una intelectual de los sms y ms, la conclusión sería que la ortografía que nace sin pensar la está pensando la RAE.

Otra cuestión planteada en mis entrevistas ad hoc la levanta el internauta Alberto Herrera Montero, quien se pregunta, sorprendido al escuchar la noticia y con la voz quebrada por el brote de la adolescencia: si la RAE acepta la ortografía de los sms o del ms, ¿estas normas serían extensibles y aceptadas en el Colegio?

Bien es cierto que esta ortografía transgresora, sintética, rebelde o práctica, resulta muy complicada para la comprensión entre los adultos que no utilizan las abreviaturas para sus mensajes, bien por la edad o porque tienen céntimos para pagarlo. Son muchas las páginas en internet que nos pueden ayudar a traducir el significado de palabras como +tikr (masticar) a modo de un diccionario que resulta ser una excelente herramienta de consulta creada desde abajo hacia arriba y elaborada por los jóvenes para profesores, estudiosos de la lengua española, los medios de comunicación, padres y educadores. Al ojearlas se nos plantea un problema en su encabezado: "hexo x ti y xa ti, tú pones las reglas". Reglas que difícilmente progresarían al no incluir todas las palabras de nuestro diccionario oficial. Otro agravante es que cada uno escribe el texto de una manera.

Consulto otra fuente para este asunto de la indisciplina de esta ortografía y Rocío Herrera Montero, especialista en ms y sms, me detalla las variantes para una sola palabra: Casa: ksa, ks, cs, cas. ¿La RAE las aceptaría todas? ¿Cree la RAE que los adolescentes van a respetar reglas en una ortografía de uso privado? Ante la aparente imposibilidad de poner disciplina en una ortografía indisciplinada, lo mejor sería entender esta ortografía como una caligrafía de borrador. Si las fuentes mencionadas antes, adolescentes, no lo aceptan, ¿por qué lo iba a hacer la RAE?

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