La verdad es que, por una vez, el ejercicio de autodiagnóstico ha funcionado y su protagonista ha acertado de lleno: "… con la situación que tenemos, poner en peligro la estabilidad de un gobierno tiene un problema moral…" más o menos, vino a decir la líder de Cs Inés Arrimadas y junto a ello, había criticado: "…no estamos para valorar estrategias de otros partidos, estamos para salvar vidas…" Pues bien, debo decirle, señora Arrimadas, tiene usted un "problema moral" y que añadido a sus vaivenes de actuación, de argumentaciones y posicionamientos, a su amoralidad une una certeza maquiavélica extraída de la obra política referente del autor florentino que aconsejaba: "… no conseguir cosas con la fuerza sino con la mentira…" y usted, adalid de la regeneración, luchadora anticorrupción, vanguardia de la honestidad, … no ha mentido aisladamente sino que lo hace con frecuencia y en este caso de las mociones de censura, lo ha hecho notoria y palmariamente con su apelación a la moralidad, de la que es claro, a los acontecimientos nos remitimos, usted carece, lo que por continuidad, pone en evidencia la baja cualidad de sus criterios éticos y su coherencia.

Se defiende respecto a la "traición murciana", aludiendo al coladero vacunal de la Consejería de Salud murciana pero obvia la fulminante dimisión del principal protagonista y, sobre todo, pacta con quien está investigado judicialmente, destacado cargo socialista en aquella región y partido coaligado con la extrema izquierda y asociado a fuerzas independentistas contra las que en su día confrontó con éxito pero le faltó valor para explotar su victoria, con lo que defraudó a sus votantes y los dejó huérfanos para irse a Madrid, donde ha terminado digiriendo los más bajos conceptos de actuación política y utilizando demagógicamente el "bienestar de los españoles" - está claro que no le importamos mucho - puesto que según sus propias palabras nos ha convertido en víctimas de su propio problema moral.

Cierto es, que su vocación de formar un "partido bisagra", tras la herida de muerte provocada por la nula visión estratégica de Rivera, se le ha oxidado al no engrasarlo bien, también por sus déficits estratégicos que la pueden convertir en la enterradora de un proyecto interesante en origen pero que por su "problema moral" puede irse al traste. Bueno, le puede quedar el convertirse en ministra modelo Garzón ya que está claro, su moralidad le pide subsistir políticamente.

Pues bien, nosotros, intentaremos sortear lo mejor que podamos los riesgos de la pandemia y, desde luego, no hable más de moralidad, regeneración y el bien de los españoles… porque sabemos que lo suyo es negociar en las "cloacas" de la Moncloa o de Ferraz, para no darle más caché del que merece y menos aún, por su ayuda a desprestigiar, todavía más, a la política.

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