De los tres partidos que irán hoy a la plaza de Colón, el que más arriesga es Ciudadanos: la estética Vox y la sobreactuación de Pablo Casado -"es la agenda de ETA"- terminarán por consolidar la imagen gestada en Andalucía de un tripartito de derechas. Vox ha conseguido el primero de sus objetivos, que es desplazar hacia su extremo al resto de los partidos. Si el debate sigue enmarcado en la cuestión catalana hasta el 26 de mayo, Vox será uno de los vencedores morales del día. La política pendula hacia la derecha. Pablo Casado quiere retrotraerse a la ley del aborto de 1985 y a Albert Rivera se le han olvidado los remilgos que tuvo en Andalucía para aliarse con los de Santiago Abascal, los tres irán juntos hoy bajo la misma bandera. Ciudadanos nació contra el monopolio ideológico del catalanismo, no necesita demostrar nada, pero a Albert Rivera le pueden sus miedos a Casado y su rencor a Pedro Sánchez. Si el PSOE sanchista ha perdido la centralidad y Ciudadanos, también, la dialéctica política será la de dos bloques impermeables, el de izquierda y el de derecha, con lo que aquel experimento que se abrió en las elecciones europeas de hace cinco años habrá concluido en un fiasco: no hay nueva política, sólo caras más jóvenes, ambición sin currículum, biografías simplonas y tantas líneas rojas que han dibujado un garabato.