¿y a usted, le atienden?

Pilar Páramos / Pedro Caballero-Infante / Farmacéutico

Los pediatras aconsejan también sobre los juguetes para la NavidadLa voluntad

Los especialistas recomiendan aquellos que ayuden al desarrollo psicomotor del niño y frenen el sedentarismo

"El juego constituye una vía mediante la cual el niño ensaya la forma de actuar en el mundo mientras que el juguete no suele ser malo en sí, sino en el uso que se le da", afirma el pediatra Benito Amil, del Instituto Hispalense de Pediatría, centro que la lanzado por estas fechas su hoja de recomendaciones centrada en la salud de los niños. En su opinión, el entorno familiar y escolar en el que se use un juguete condicionará el aprendizaje que recibe el niño de ese juego. Esto por ejemplo se refiere a los juguetes llamados bélicos. Lamentablemente los juguetes que generan sedentarismo y estimulan el juego encerrado y en soledad ocupan en la actualidad un sitio excesivo en el mercado con resultados altamente negativos al evitar la socialización del juego y el ejercicio físico. Por el contrario, el juego en grupo o en familia fortalece la unión, obliga a organizarse, a respetar, a ceder y a escuchar a los mayores.

Los juguetes que ayudan al desarrollo psicomotor, al juego exterior y en grupo y que evitan el sedentarismo infantil son extraordinariamente buenos.

La consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Evangelina Naranjo, informó el pasado jueves sobre la campaña para la adquisición de juguetes seguros que, como cada año por estas fechas, pone en marcha su departamento. Naranjo ha recomendado a los padres que, cuando ayuden a sus hijos a escribir la carta a los Reyes Magos de Oriente, comprueben que se trata de juguetes adecuados para la edad del menor y a su situación, ya que existen juegos apropiados para cada etapa del crecimiento y para cada caso: viajes, estancias en lugares cerrados, divertimentos al aire libre o para niños con alguna limitación física. Una circunstancia que puede producirse es un ingreso hospitalario. La titular de Gobernación ha hecho entrega al hospital Infantil Virgen del Rocío de Sevilla de tres ludomóviles, carros especiales para el transporte de juguetes y que están cargados con casi 160 juegos indicados para estos pequeños pacientes, que han de pasar mucho tiempo en cama. Son los primeros que llegan a un hospital. El objetivo es contribuir a que los pequeños tengan una estancia algo más agradable.

AURELIO, el ponedó, lo han quitado del tabaco y, según él, está: -¡Que tropieso en er porvo der suelo!

Después de una agresiva retahíla contra los médicos, la parienta, y la madre que parió a los de la Junta, que no dejan fumar en ningún sitio:

- ¡Coño, que he güerto a la niñé... jumando en los retrete!

Ya más tranquilo le pregunta a Don José por algún medicamento que ayude a llevar mejor esta situación.

Al farmacéutico lo han cogido con los deberes hechos ya que ayer, en la decimonovena comida navideña, fue el foco de atención en la mesa, al ser preguntado por la posible existencia de una pócima mágica que deshabituase del tabaco sin esfuerzo.

El boticario les había dicho que, efectivamente y desde el año pasado, hay comercializado un especifico con esta finalidad.

Un contertulio, bastante informado, dijo que, según tenía entendido, este medicamento estaba retirado del mercado por haberse detectado casos en los que se habían producido suicidios tras su ingesta.

Don José les aclaró que los suicidios no estaban confirmados, pero sí que se habían generado signos de alerta como autoagresividad, hostilidad e inestabilidad emocional, cosa, por demás, usual en los antidepresivos, especialmente al inicio del tratamiento.

Todo esto se lo transmite coloquialmente a Aurelio que está desesperado

-Hasta he ío a un hisnotisadó.

-Niño... ¡cuenta que a mí me lo hisieron una en el sirco americano!

-Po a mí me lo hiso un tío en un despacho con mi señora delante yý ¡no vea cuando me puso carajote y me jiso rebobináý pá tráý! y la parienta se queó con la copla del lío con la fransesa.

Don José, ex fumador no muy lejano y nada agresivo, da su opinión más como paciente que como farmacéutico.

-Con lo que os digo me echo piedras sobre mi tejado, pero creo que lo único realmente eficaz es la motivación y su consiguiente voluntad.

-Güeno... ¿pero hay, o no hay, una medesina pa quitarse der tabaco?

Y el farmacéutico le relata lo del nuevo medicamento y sus posibles efectos secundarios sin el alarmismo, no confirmado, de los suicidios.

-Po er que se va a tirá por un barcón es er menda.

-Motivación y voluntad, Aurelio.

Don José les pone el ejemplo de un íntimo amigo al que el anuncio de una seria enfermedad de su mujer le hizo quitarse radicalmente del tabaco. Y, aunque no lo conocen, quiere dejar claro que este amigo no se considera ningún héroe sino sencillamente una persona que, sabiendo del sufrimiento previo de su mujer luchando contra la enfermedad, quiso acompañarla aportando lo que en ese momento él consideraba un mínimo esfuerzo comparativo, como era quitarse del tabaco.

-Peroý ¡vamos a !. Lo que no entiendo es queý ¿si er no fumá te da depresión, y toma argo pa quitártela, te da más depresión?. ¿Cómo se entiende esto?

-Aurelio... ¡La voluntad, la voluntad!

-Coño con la voluntá, que se paese usté ar pobre que se pone en la puerta la parroquia.

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