Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Los dos papas

ERC se cobra su libra de carne, humilla a España, la niega, vilipendia al Rey y escupe sobre dirigentes socialistas

Acaba de estrenarse en Neflitx la película Los dos papas, una extraordinaria conversación entre Benedicto XVI y quien después fuese Francisco I. Anthony Hopkins sobreactúa sobre Ratzinger, Jonathan Pryce es, sencillamente, el mismo Bergoglio, mucho mejor tratado que el primero. Cuentan que el verdadero poder del Papa es elegir nuevos cardenales de entre los suyos para que, una vez fallecido, escojan como sucesor a un preferido. Ratzinger se quiso asegurar la elección de quien debía limpiar la Iglesia y no esperó a morirse. La monarquía española no es electiva, sino hereditaria: la abdicación de Juan Carlos I también tuvo algo de sacrificio por la institución.

Felipe VI lleva reinando cinco años y, lejos de lo que se suponía, ha sido un lustro muy complicado en el que el nuevo Monarca ha actuado con una inteligente moderación y algunos golpes de atención sobre la mesa. Escuché a Felipe VI en un hotel de Barcelona el 3 de octubre de 2017, cuando el Estado español se había retirado de Cataluña después de una actuación suicida el domingo anterior. Sin los enfrentamientos policiales del día del referéndum, el procés no sería hoy nada. Para mayor vergüenza, una vez dados unos cuantos palos, el ministro Zoido y el presidente del Gobierno se retiraron fuera de focos y de micrófonos mientras la llamada huelga de país dejaba muy claro que los independentistas se habían hecho con Cataluña. Felipe VI se vio obligado a salir, rozó la línea roja de la neutralidad política, pero otra obligación le requería: la defensa de la nación.

Desde ese día, el Rey no cae bien a una parte de Cataluña. A su padre le bastaron unas frases en catalán para meterse en el bolsillo a los nacionalistas, Felipe VI tiene trabajo allí para todo su reinado. No se lo van a perdonar nunca, aunque pose con barretina para la fotografía de Navidad de 2020. ERC se quiere cobrar su libra de carne, necesita humillar a España, negarla, vilipendiar al Rey y escupir sobre los dirigentes socialistas que no le quieren: ése es el precio de su investidura. Después, como el partido caótico que ha sido desde su creación, no sabrá aprovechar la mesa de negociación que le está montando Carmen Calvo y Adriana Lastra, le dará dos patadas, escupirá en el suelo y se relamerá en su frustración, que es su verdadera identidad.

Los dos reyes podrán conversar sobre el 23-F y el 3-O. Aún no sabemos cuál de los dos es más complicado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios