La pancarta

Debo manifestar mi malestar con la falta de sensibilidad del Ayuntamiento y del Recre con la manifestación del 12-M

Desde hace muchos años el respeto institucional es un precepto profundamente arraigado en mi forma de entender las relaciones entre colectivos y ciudadanos. Sin embargo, como firme defensor de mi propia independencia de opinión, procuro diferenciar las amistades y conocidos personales de sus gestiones corporativas para no confundir obligaciones y devociones puesto que ese respeto institucional convierte en mi representante público a todo cargo electo, sea cual sea su perfil ideológico, militancia incluida.

Establecida esta premisa, que puedo entender alguien no la valore o la considere utópica y que me ha costado muchos sinsabores personales, debo manifestar mi discrepancia rotunda y al límite de la indignación con la falta de sensibilidad y voluntad demostrada por el Ayuntamiento -alcalde a la cabeza- y, sin duda, el Consejo de Administración de nuestro Recre -evidente su falta de autonomía pues decide la "propiedad" y esa ya sabemos en este momento, quien la ostenta-, con respecto a la convocatoria de manifestación , "por una sanidad digna".

El argumentario del Consejo tiene elementos hilarantes por ser políticamente correcto en la calificación, y en el colmo del desafuero, se regalarán entradas con lo que la burda politización -objetivo fundamental de la "propiedad"- resulta insultante e irrespetuosa con la capacidad mental de los ciudadanos.

Naturalmente, cada cual es libre de asistir a uno u otro evento, si lo hace con autonomía y criterio de la prioridad para la colectividad y no desde elementos de activación sentimental para bloquear políticamente una reivindicación que puede resultar, no sabemos qué día, vital para cada uno o los nuestros.

Una vez más, se utiliza al Recre para fines colaterales y así estamos. No soy más ni menos recreativista que nadie, pero creo estar en mi derecho de pedirle al presidente de la "propiedad", que como gestor de la ciudad analice su orientación de las prioridades, que no sea, en este caso, antes hincha y militante que alcalde de todos los onubenses, pues resulta patético ver como coge una pancarta en el Gran Teatro, ¿de verdad no sabía el texto? y, luego, no sea capaz de coger aquella que pide mejorar las opciones de salud para sus conciudadanos.

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