Cuando parecía que, por fin, asuntos largamente silenciados entraban en las agendas políticas y mediáticas y algunos creímos ver en ello una buena noticia, resulta que irrumpen en la arena política y mediática fuerzas y grupos fascistas y acaban de golpe con nuestras ilusas esperanzas: inmigrantes, mujeres violadas y maltratadas, LGTBI, desahuciadas… pasan de ser personas tantísimas veces olvidadas por las políticas públicas a ser tratadas por estas como el enemigo a combatir.

De ignorar el drama de las muertes en el Mediterráneo y el desierto pasan directamente a atacar a los que sobreviven en ese viaje. De tratar la violencia machista como una anécdota en la sección de sucesos o en la crónica rosa pasan a atacar a las víctimas tratándolas como mentirosas y pertenecientes a un género capaz de matar a sus hijos, de permitir, incluso justificar, que cientos de personas vivan en la calle pasan a eliminar los pocos servicios que las atienden porque "hay que eliminar las subvenciones y los chiringuitos", de tener la lucha contra el cambio climático, el problema de los residuos, el maltrato animal y otros problemas ambientales como algo meramente estético pasan a criminalizar a los movimientos ecologistas y de defensa de los animales, de la tibieza o la insuficiencia de medidas contra los accidentes laborales pasamos al ataque del sindicalismo que los denuncia. Y así sucesivamente.

No es un asunto local: Trump, Salvini, Bolsonaro… son exponentes de esta política de ataques a los pobres, los obreros, las mujeres, los inmigrantes… que confunde la legitimidad democrática de sus cargos con la posibilidad de vulnerar los principios que rigen el Estado de Derecho y hacer lo que les venga en gana.

Y frente a eso deben encontrar a la ciudadanía.

Nada que objetar a los resultados de las elecciones andaluzas. Nos gusten o no nos gusten tenemos que aceptarlos. Pero los representantes electos deben saber que van a ser vigilados y que sus propuestas serán aceptadas o cuestionadas por la ciudadanía y que, frente a las primeras medidas que han sido anunciadas, ya hay una sociedad civil organizada que manifiesta su repulsa: el próximo martes el Movimiento Feminista de Andalucía convoca una concentración contra los ataques machistas que se han conocido en los acuerdos políticos que sustentan el nuevo gobierno andaluz. Martes15 de enero a las 12:00 frente al Parlamento de Andalucía.