La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Qué ocurrente, Pedro

No se sabe quién resulta más extravagante, si Pedro Sánchez designando a Pepu o Pepu aceptando ir al matadero

No se sabe quién ha dado pruebas de mayor extravagancia, si Pedro Sánchez designando a Pepu Hernández candidato socialista a la Alcaldía de Madrid o Pepu Hernández aceptando el encargo. Desde luego, hace falta estar muy pagado de sí mismo o inerme ante el halago para creerse que al único conjuro de un prestigio deportivo innegable se puede alterar la realidad de que el PSOE no lucha por la Alcaldía madrileña, sino por ser la cuarta fuerza municipal. Pero la máxima ocurrencia es de quien ha ideado la jugada. Se le ocurrió a Sánchez. Seguro que al ex seleccionador nacional de baloncesto ni se le había pasado por la cabeza.

En descargo de Pedro sólo cabe apuntar una circunstancia: la candidatura ha tenido que inventársela a la desesperada, después de que varios de los propuestos con anterioridad -más potentes que Pepu, desde luego- le hubiesen dado calabazas por una razón muy sencilla, y tal vez no explicitada: se negaban a ir al matadero. Un motivo más para que el campeón del mundo de básket en 2006 hubiera rechazado la nominación. Para no ser plato de segunda mesa.

Pero todo lo demás ha sido negativo para Pedro Sánchez. Primero, el hecho en sí de pedir a los ciudadanos de Madrid que elijan alcalde a un personaje mediático de éxito profesional y tirón popular, pero que no ha sido ni concejal de pueblo. De gestión de las cosas cotidianas no sabe nada. En segundo lugar, el procedimiento que ha utilizado para lanzar a su candidato, netamente cesarista: manda las primarias al desván, se cisca en la neutralidad exigible al secretario general del PSOE para promover a un candidato frente a otros del partido tan legítimos como Pepu y hasta anuncia, en México, que, por supuesto, va a votarle (quizás mintiendo: él está censado en Pozuelo, no en Madrid), sin respeto alguno hacia los contrincantes. Tercero, algo que es marca de la casa Sánchez: Hernández tiene problemas con Hacienda. Como los ministros Huertas -El Breve-, Duque y Calviño. No parece que haya incumplido ninguna ley, pero el caso es que buscó una fórmula legal para pagar menos impuestos y ahora es el estandarte electoral en la capital de España de un gobernante que se propone aumentar los impuestos para garantizar el bienestar social de los españoles. ¿Pagar más impuestos o pagar lo menos posible? ¿En qué quedamos?

La nominación a dedo de Pepu Hernández es una extravagancia más. Pretende ser un golpe de efecto y será un autogolpe.

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