Voy a respirar profundamente antes de soltar mi discurso porque el tema que nos trae aquí hoy me tiene preocupada: deberían prohibirse todos los anuncios publicitarios sobre cuidados estéticos.

Las mujeres estamos sometidas diariamente y desde todos los frentes a una avalancha de mensajes bélicos para que no se nos ocurra, bajo ningún concepto, envejecer. El paso del tiempo no nos puede afectar: tenemos que ser guapas, delgadas y jóvenes siempre. Las arrugas se pueden combatir, la celulitis rebelde la tienes que aplacar, debes luchar contra las manchas faciales, tu pelo se tiene que mantener fuerte y brillante y por favor usa la crema de manos anti edad enriquecida con baba de caracol, no vayas a mostrar en público una piel seca.

Hace unos años el léxico más usado en los mensajes publicitarios era el bélico, y aún lo sufrimos. Ahora ha llegado la "ciencia milagrosa", un término ya de por sí contradictorio, que hace que tus arrugas desaparezcan en 7 días si eres buena y haces caso al gigante publicitario. Un discurso muy bien estudiado que hace que te mantengas en una lucha constante contra ti misma, haciendo temblar los cimientos de tu autoestima, creando inseguridades y, en el peor de los casos, problemas con la comida.

Ellos pueden tener canas, ser algo feos y si son un poco barrigones se les llama fofisanos. Ellas con 19 años están vendiéndonos cremas antiedad, para arrugas que aún no tienen y que están destinadas a las de 40. Ellos ven anuncios de coches para ir a hacer senderismo a la montaña y sueñan con ese reloj mientras ven a un modelo canoso navegando en velero. Nosotras recibimos el mensaje de que debemos reducir el perímetro abdominal, reafirmar y restaurar nuestra piel mientras una adolescente se echa crema sobre unos glúteos perfectos, esos que sólo tuvimos con 12 años. Prueba a abrir una revista y disfruta de los colores dorados y brillantes, aceites untuosos que te prometen una piel suave y sedosa; frascos sacados de un laboratorio, de líneas elegantes, resultantes de estudios científicos que aseguran que puedes desafiar a la edad. ¿Pero qué me estás contando?

Es tal el bombardeo de mensajes para que estemos siempre jóvenes que lo tenemos tatuado en la piel. Por no mencionar el saqueo a nuestro bolsillo, porque somos fieles consumidoras: iluminador, corrector, base de maquillaje, anti ojeras, mascarillas, fajas moldeadoras, "push up" para los pechos, para el pompis, para el ánimo y ya no sé qué más podemos levantar, tapar, borrar, disimular o alisar. Me gustaría lanzar desde un avión balones de Nivea rellenos de Nivea y que explotaran encima de los genios que hacen que compremos crema de noche y de día, a ver si sufren de picores de ojos una semana entera.

La vejez, el tiempo, la oxidación, la colada y la factura de la luz: ¡no podemos con todo! Por favor un poquito de piedad. Yo me quiero comprar estas navidades un reloj, a ver si me pasean en velero.

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