Visiones desde el Sur

La novela

En cada ser humano no importa su raza, edad, género o nacionalidad está el universo todo

En cada persona habita un hombre y una mujer. También un político triunfador, un militar con ínfulas de general, un sacerdote que alguna vez soñó llevar birrete cardenalicio, un banquero, un papafrita, un estafador, un proxeneta, un inmigrante perdido en el caos, un dictador, un misógino, un niño, un verso suelto, una idea que persiste, un sueño inalcanzable, un profesor, un ignorante, una huida nunca emprendida, una desgracia ambulante, una risa helada, una nostalgia, en definitiva, una novela que se va escribiendo con el paso de los días pero que jamás será impresa ni mucho menos puesta en circulación.

En cada hombre y en cada mujer, en cada ser humano, anida el todo que nos circunda, el que nos alegra y el que nos agobia, el que nos lleva y nos trae por improvisados lugares jamás pensados y ni siquiera soñados las más de las veces.

En cada ser humano no importa su raza, religión, ideología, edad, género o nacionalidad está el universo todo; no en vano pese a los escépticos, es parte sustancial de la Naturaleza: forma parte de la cadena que hace posible la evolución de la especie.

Cada individuo posee en sí, en los cimientos que lo mantienen erguido, el esfuerzo realizado por la humanidad toda desde que comenzó a razonar y el pensamiento nos hizo superiores a otros animales. Porque somos animales, no lo olvidemos. Y sólo el aprendizaje, la educación hace posible que lo primario que en nosotros subsiste sea dominado por el conocimiento y por la mal llamada urbanidad: ese cúmulo que nos permite vivir en sociedad sin que nos matemos por cualquier banalidad.

Pero, a pesar de lo dicho, los encargados de alumbrar el camino a las nuevas generaciones cambian de forma continua los códigos de aprendizaje en las sociedades que habitamos, con objeto de que el oscurantismo prime sobre la luz, la barbarie sobre la paz, el sueño sobre la vigilia, los acontecimientos sobre los hechos, la mentira sobre la verdad y la ignorancia que ciega sobre el conocimiento plausible.

Lo peor es que esta lamentable situación no viene de ahora, de esta azarosa época en la que nos encontramos inmersos sino que siempre fue así y se mantendrá tal cual por puros intereses crematísticos, por la primacía del negocio, del poder económico por y sobre cualquier otra consideración. Se trata de controlar a los otros, de mantener en la inopia a millones de seres humanos que morirán sin haber despertado de la novela en que fueron incluidos sin permiso.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios