NOCHEBUENA sólo hay una. Ésa en la que todos vuelven a casa, vuelven para estar con la familia al amparo del hogar -cursi pero efectivo-. Sin embargo, noches buenas, que parece lo mismo pero no es igual, pueden darse en cualquier momento, con o sin los de nuestra sangre y, cosas del arte, en el escenario más inesperado.

La semana pasada viví en el Casino del Aljarafe de Sevilla una de ellas. Y que conste que, por celebrarse el acto entre semana, asistía algo desganado aunque con dos motivaciones principales: su trasfondo benéfico y que, para él, uno de los grandes atractivos era la actuación de mi querido Falete.

Tengo que reconocer que hacía bastante que no lo veía actuar en directo y, debo confesar que, después de lo que vi, intentaré que, la próxima vez en sentarme a disfrutarlo, tarde mucho menos tiempo. Fuera de apasionamientos, les aseguro que, lo de esta persona, no es normal. Su fuerza y su carisma son tales que, a cualquiera que tenga al lado, lo eclipsa.

Afirmo esto sin desmerecer a compañeras como Lola de los Reyes que, compartiendo a su lado los Ojos verdes, también tuvo lo suyo pero Falete es como el león de la Metro a quien un solo rugido le basta para dejar claro quién es el rey de la selva. Su torrente de voz apenas necesita micrófonos y su capacidad expresiva desvela su magistral escuela folclórica. Y eso que, por lo solidario del evento, iba sin cobrar...

Así son los grandes, cuyas motivaciones van más allá de las económicas (lo que no quita para que, si además de ayudar a una buena causa, puedan pasar un buen rato, dejen de hacerlo). Y si no, ya me dirán la que se va a montar en el partido que andan organizando, para el viernes próximo en el sevillano Pabellón de los Deportes de San Pablo, Rafa Serna y Joaquín López-Sáez a beneficio de la Asociación Síndrome Down que, este último, preside. Allí se enfrentarán figuras como Javier Arenas, Dávila Mihura o Antonio, de Los del Río, contra Fran Rivera, Hugo o Morante de la Puebla. Los primeros vestirán camiseta del Sevilla y, los segundos, del Betis. ¿Rellenamos ya la quiniela?