Eduardo J. / Sugrañes

Un museo para León Ortega

El Centenario de León Ortega está sirviendo para volver de nuevo la mirada hacia el imaginero de la Semana Santa de Huelva.

A veces en lo onubense hay lamentos de que pocas cosas tenemos en las que poder fijar nuestra atención. Entendemos todo hecho y todo dado, que nos viene de fuera y que poco podemos aportar nosotros. Afortunadamente en los años cincuenta tuvimos en Huelva la figura del imaginero León Ortega con una producción artística de excelente calidad y que realizó las imágenes para las nuevas hermandades. Sin duda, la clave para la esta Semana Santa que hoy tenemos. Una imaginería con sello propio con rostro que emocionan como el del Cristo de la Victoria, la dulzura del Señor de la Borriquita, o la placidez del Cristo del Descendimiento, y tantos otros detalles de sus rostros con los que nos ha ofrecido la cara de Cristo en Huelva. Lo mismo que en sus dolorosa, desde el encanto gozoso de la Virgen de los Ángeles al rostro dolido de la Soledad de María.

León Ortega es una figura a recuperar y poner en valor, en esta ciudad en la que tantos buscan nuestras señas de identidad, pues León Ortega es una de ella. Su referente más importante es el académico, con la escuela de artes y oficios que lleva su nombre en el barrio del Matadero y donde los arcos de su patio cobija el monumento que Huelva le tiene dedicado desde hace años. Porque aunque a algunos piensen lo contrario, al maestro León Ortega se le ha querido y mucho en esta ciudad, no sólo por lo que nos ha regalado en su obra imaginera, sino porque fue un hombre bueno y eso se agradece. Por lo que resulta chocante la ignorancia y el manoseo.

Esta que acaba podemos decir que ha sido la semana de León Ortega en la Cuaresma de 2008, y que de seguro no será la última porque el maestro sí que nos interesa en lo cofrade y también en la ciudad. Pero es más, no hay que olvidar el interés que tiene para toda la provincia, regada de obras suyas que van adquiriendo con el tiempo un mayor interés para todos. Ahora lo importante es la difusión de la obra, lo ha dicho Antonio León Ferrero, hijo del escultor, quien promueve la Fundación León Ortega.

Hay importantes propuestas para ello, pero lo que más interés desata es dónde ubicar la sede de la fundación. De Ayamonte, ciudad natal del artista, ya hay ofrecimiento, pero también se espera que pueda surgir algún otro desde la propia capital, donde el maestro realizó toda su trayectoria artística y donde dejó lo mejor de sí para sus hermandades e iglesias, lo que sin duda sería un complemento irrenunciable para esta fundación. La ciudad de Huelva no puede ser indolente. La Fundación León Ortega puede ser un regalo de esos de los que la ciudad necesita y a los que no se les puede dar la espalda. Antonio León Ferrero habla de un Museo para la obra de su padre y en Huelva hay edificios que pueden acogerlo, como el Banco de España que está tan de moda.

Esperemos que nadie demuestre ignorancia sobre la figura de León Ortega.

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