La otra orilla

Ni un muerto más

El trabajo se ha degradado, no permite unas condiciones de vida dignas, no permite un proyecto de vida de futuro

Según datos del mes de febrero publicados por el Ministerio de Trabajo, la siniestralidad laboral sube un 30% respecto al pasado año, con 136 trabajadores fallecidos. La mayor parte de los accidentes mortales se producen por infartos y derrames cerebrales, accidentes de tráfico, atrapamientos y amputaciones, caídas y colisiones contra objetos en movimiento. La provincia de Huelva es la segunda provincia andaluza en la que más han aumentado la siniestralidad laboral. Un total de 7.245 personas han sufrido accidentes laborales, 14 de ellas han fallecido. Estos datos suponen un aumento del 15,73% respecto del pasado año.

Nos encontramos en un momento en que está bajando la tasa de desempleo (aunque aún sigue siendo muy elevada), pero a su vez se ha producido un aumento de la inactividad. Además, pese a las cifras positivas, seguimos teniendo un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad e inseguridad, que perviven incluso en tiempos de crecimiento económico, intensificando la precariedad y las posibilidades de estar en situación de desempleo. Así, a pesar de que se está generando empleo, las condiciones laborales siguen sin ser dignas, lo que hace que muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consiguen salir de la pobreza. Muchos trabajadores mueren en el campo de honor del trabajo, dejando un vacío y mucho dolor en la familia.

En estas condiciones no se puede hablar de trabajo digno en nuestro país. el trabajo se está convirtiendo en un riesgo para la vida. La seguridad brilla por su ausencia, debido a estas condiciones de trabajo penosas. El trabajo se ha degradado, no permite unas condiciones de vida dignas, no permite un sueldo digno, no permita un proyecto de vida de futuro. El miedo, la inseguridad, no llegar a fin de mes coartan la libertad de las familias, destruyen la vida, hacen que vivir sea una incertidumbre un proyecto sin un futuro decente.

Se hace necesario un compromiso como sociedad, un plan de choque que permita vivir con dignidad. No podemos tolerar que siga habiendo muertes en el trabajo. Es una lacra social, es terrorismo laboral. El trabajo debe ser para la vida, debe permitir una vida mejor, con las necesidades básicas saciadas. Pensemos en las personas y no en los beneficios, hagamos que la persona sea el centro de la vida. Ni un muerto más. Reivindiquemos un trabajo digno para una sociedad decente.

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