Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El microcosmos de Bollullos

EN líneas generales, los ayuntamientos suelen ser las administraciones públicas donde más se antepone la gestión a la política. Todos los alcaldes, sean del signo que sean, suelen reconocer que ante la demanda de un vecino sólo cabe gestionar la solución.

Sin embargo, en Bollullos se está dando un interesante experimento que rompe muchos esquemas. El alcalde socialista está en minoría, no puede gobernar con la eficacia que la realidad le requiere; no puede pactar con IU porque hay pleitos de familia que pesan en la memoria histórica; no puede pactar con el PP porque la dirección provincial del PSOE se lo impide; IU y PP, que podrían tener una mayoría alternativa, tampoco son capaces de entenderse por motivos a veces ajenos a la voluntad de ambos... Si a ello se une que Bollullos es la tierra de Diego Valderas y que aún así fue un municipio que no respetó el acuerdo general de pacto municipal entre el PSOE e IU, que a nivel regional firmó el propio Valderas, aquí hay elementos para pensar que esta localidad es un laboratorio de todas las contradicciones, deseos y pasiones políticas que se suceden en la plaza pública ante los ojos atónitos de los vecinos.

Los ayuntamientos suelen ser las administraciones públicas donde la política deja paso a la necesidad de gestionar bien la vida cotidiana, pero también se convierten a veces en microcosmos donde los políticos hipervaloran su condición de tales perdiéndose en marañas ajenas a los intereses ciudadanos. La solución para este estado de cosas es votar a otros, pero qué se puede hacer cuando aún quedan tres años para las próximas elecciones municipales.

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