La otra orilla

El machismo que viene

No quiero un país en el que lo normal sea el sexismo y la desigualdad, con una juventud violenta

Algo malo hemos debido hacer como sociedad para que uno de cada cuatro jóvenes entre 15 y 29 años vea normal la violencia sexista dentro de la pareja. Los datos los aporta el Barómetro 2017 de ProyectoScopio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. Por otro lado, uno de cada cinco cree que la violencia machista es un asunto que está politizado y se exagera mucho. Para estos jóvenes es un problema inevitable que siempre ha existido. En un país en el que en 15 años han muerto novecientas mujeres a manos de sus parejas es preocupante esta encuesta. Nuestros jóvenes siguen considerando a la mujer como alguien inferior, como una mercancía. No entienden que somos seres de la misma estatura.

Digo que algo hemos tenido que hacer mal. La idea de la mujer en la casa y con la pata quebrada, que aparecía en aquellos azulejos de bares del franquismo, sigue perdurando entre las nuevas generaciones. Después de tantos mensajes de igualdad, de tanta coeducación en la escuela, de tantos intentos de romper estereotipos, nos damos de bruces con la realidad: "La violencia machista es un asunto politizado y que se exagera y es normal dentro de la pareja, algo que siempre ha existido". Ese es el futuro, esa es la conciencia social que existe, ése es el machismo que viene. Queda mucho por recorrer, queda mucho por lo que luchar.

Hemos de ponernos las pilas, educando en igualdad de manera eficaz para hacer de nuestra sociedad una sociedad más libre, más humana, más tierna; en la que la mujer pueda vivir en pie de igualdad, pasear libremente sin temor a ser golpeada, vilipendiada, insultada o violada, en el que la mujer no sea asesinada por ser mujer, una sociedad en la que el hombre comparta sonrisas y ternura y no violencia y gritos.

Definitivamente, tengo miedo a ese machismo que sigue pegándose a este país como una segunda piel, tengo miedo a ese machismo que justifica la agresión, como algo que siempre ha pasado, tengo miedo a ese machismo que ridiculiza con chistes groseros a las mujeres, tengo miedo a ese machismo que ve a la mujer como mercancía sexual con la que comercia y a la que violenta. No quiero un país en el que las mujeres tengan miedo y sean discriminadas. No quiero un país con una juventud violenta y discriminatoria. No quiero un país en el que lo normal sea el sexismo y la desigualdad. Y esto, o se cambia o estaremos continuamente diciendo que algo hemos debido de hacer mal.

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