La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Los listos de la tasa Covid

No hay que perderse en disertaciones jurídicas, cobrar 1 euro extra por una caña en una terraza es un abuso

Nunca pensé que habría gente dispuesta a hacer cola a pleno sol durante horas para ocupar un metro cuadrado de playa; pues ya lo hemos visto en Cádiz y todavía no hemos estrenado en Andalucía el primer fin de semana con movilidad entre provincias. Tampoco creí que viéramos como normal pasar más tiempo dando paseos esperando el turno que sentados en una terraza. Mucho menos que nos pusieran un cronómetro para cenar y nos levantaran con la bayeta, el hidrogel y el datáfono a modo de campanilla.

Antes hacíamos cola en el médico, la peluquería o el banco. Para subir al autobús en hora punta, irnos de compras en las rebajas o enfrentarnos a ese vuelva usted mañana que tan bien retrata a nuestra administración. Con la crisis del coronavirus también hemos tenido que aprender que esperar se conjuga en los supermercados, en las farmacias y hasta en la barra del bar. Pero lo malo del costumbrismo es que no sitúa de frente a nuestras contradicciones; lo bueno, que redimensiona la perplejidad con que parecen desestabilizarnos los cambios. Dentro de unas semanas no nos extrañaremos de que pongan un cartel de lleno en las playas como el que ahora colocan en los parkings de cualquier ciudad.

Esa nueva normalidad que vislumbra el Gobierno frente a esa vieja normalidad que decimos añorar sin percatarnos de que no hemos pasado de una foto en color a otra en blanco y negro en tres meses. Adaptación y evolución, diría Darwin. Puro instinto de supervivencia, podríamos completar desde la singularidad hispánica, que no se libra de la picaresca.

¿No es eso la tasa Covid? No hace falta llegar al debate proteccionista del consumidor de Facua ni perdernos en disertaciones jurídicas. Encontrarte un "recargo" o "suplemento Covid" de 1 euro por tomarte una cerveza en una terraza es un abuso. Le ha ocurrido a un cliente en Tenerife y, aunque la anécdota se ha hecho viral y obligará a muchos a recular, el problema no se ha desactivado. Si no es en forma de tasa, será con una subida de precios. Y, al final, todo es una cuestión de oferta y demanda; de libre competencia.

Me extraña que aún no se haya puesto en marcha una campaña de crowdfunding para la reconstrucción. Lo podríamos llamar democratizar las pérdidas; solidarizar la crisis. Siento caer en el sarcasmo, pero qué impotencia tener que asumir que nunca sople el viento a favor del consumidor. ¿Recuerdan el dicho de que la banca siempre gana? Pues eso.

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