El libro que causa sensación

'El infinito en un junco' conquista cada día nuevos lectores que se convierten en fans

Lo primero que sorprende es que haya obtenido el prestigioso Premio El Ojo Crítico de Narrativa. ¿No es la narrativa un género constituido por la novela y el cuento, con sus múltiples variaciones, o sea, ficción? En cambio, el que le hayan otorgado el Premio Nacional de Ensayo 2020, o el de Literatura Histórica Hislibris -precisamente en la categoría de No Ficción- o el Premio Nacional Promotora de los Estudios Latinos no es de extrañar e incluso me atrevería a afirmar que los respectivos jurados no debieron tener dudas en el veredicto. Tampoco es habitual que la obra de Irene Vallejo Moreu, una discreta filóloga de poco más de cuarenta años, que publica en el Heraldo de Aragón artículos en los que habla del mundo antiguo relacionándolo con el de hoy, haya alcanzado 24 ediciones en apenas año y medio y siga conquistando cada día nuevos lectores que se convierten en fans que la recomiendan vivamente. Soy uno de ellos.

Ediciones Siruela, como hace treinta años con El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder, que contaba la historia de la filosofía occidental a través de una trama novelesca, ha conseguido un nuevo longseller, ahora con la historia del libro a través de los tiempos. Los amantes de los libros, aquellos que llegan a experimentar por ellos una sana adicción que, lejos de perjudicar, les puede hacer más sabios y mejores, van a encontrar en El infinito en un junco la biografía milenaria de su objeto de deseo, desde las tablillas de arcilla de Mesopotamia -y las de madera, metal o marfil-, al papiro egipcio -bello, transportable y frágil- y al pergamino de cuero, inventado, claro, en Pérgamo, que supuso un extraordinario avance para la fijación de la palabra, "el dibujo de un soplo de aire, la vibración musical de nuestros pensamientos", antes de llegar a la invención de la imprenta.

Pero también es una mirada sobre la sociedad de nuestros clásicos, Grecia y Roma, alejada de clichés al uso, con rigor y credibilidad, en la que se esquiva el riesgo de aridez con la utilización de recursos que dotan de amenidad al relato: los paralelismos entre los hechos del pasado y los del mundo moderno, la crítica envuelta a veces en humor sutil, las referencias oportunas a autores y obras de la literatura y el pensamiento universal… En suma, un libro no solo imprescindible en la biblioteca, sino que debería serlo como libro de texto para fomentar el amor a la lectura.

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