El laberinto de los espejos

Cuando no hay nada nuevo en la actualidad, nuestros políticos echan mano del "baúl de los recuerdos"

En un rato de presumible calma en el que se puede reflexionar sin prisa sobre algo que no preocupa demasiado; en ese inevitable tiempo de televisión, después de la cena, en el que miras la pantalla pero no tienes ni idea de qué trata la película… En ese momento en el que los bostezos evidencian tu aburrimiento, pero no quieres dormirte, se te ocurre echar un vistazo al "Huelva Información" del día que descansa abierto sobre el sofá y lees así, borrosamente, entre líneas: "El PP propone un pacto por el empleo, el rescate y servicios de calidad"¿Imaginan la escena? Estás semitumbada y te enderezas pensando que has leído mal. Sigo leyendo, a ver si me espabilo: "IU demanda inversión en las infraestructuras ferroviarias". Esta vez me pongo de pie, "no puede ser, leeré de nuevo, será que estoy medio dormida". A ver: "El PP solicita una ronda de conversaciones con los diferentes grupos políticos" e IU, por su parte, dice que "Huelva necesita una doble vía ferroviaria entre Huelva y Sevilla".

Me puse rápidamente las gafas para cerciorarme de que el periódico que tenía en mis manos no era de finales del s. XX. Me cercioré de la fecha y entonces lo entendí: Periódicamente, cuando no hay nada nuevo en la actualidad, nuestros políticos (da igual el partido en el que militen), para hacer ver que trabajan, echan mano del "baúl de los recuerdos" y, por enésima vez vuelven a demandar las infraestructuras, el Pacto por el empleo, el desarrollo sostenible o las obras con dinero del Edusi… En fin, más de lo mismo, si algo varía son los intérpretes de este teatro: unas reivindicaciones le toca a la FOE, otras a voluntarios independientes que presumen de poder unir a todas las fuerzas sociales y la mayoría al grupo del PSOE, PP o IU, sin olvidar (¡por Dios!) a Vox.

Se utilizan las rimbombantes frases reivindicativas de siempre, sin pudor, como si fuésemos robots sin memoria. Se siguen haciendo viajes a Madrid para lamentarse y lloriquear, de nuevo, ante Ávalos o el ministro de turno ¿Cuántas veces, durante el pasado siglo o el actual, se ha leído, oído, discutido o debatido esos titulares? ¿Sólo yo tengo la sensación de encontrarme en el laberinto ése de los espejos, que se instala por Colombinas, en el que siempre te tropiezas con alguno de ellos que te impide salir de ahí? ¿Ése en el que, llegado un momento, empiezas a ahogarte porque no ves la salida? ¿Ése en el que desvarías y piensas que debe existir un pacto secreto para dejar Huelva como está de indefensa?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios