Visiones desde el Sur

Lo que interesa

Ni sumando los tres estados que quedan por recontar, sumaría los votos para mantenerse en el poder

Uno se pregunta a veces qué cosa tiene este asunto del escribir, sobre la materia que fuere -a cada rato, cada día en todo caso-, como si tuviera una obligación consigo mismo o con los demás, de andar disertando sobre esto y lo otro, exponiéndose además a que lo pongan verde o digan lo que les apeteciere sobre este aprendiz de amanuense.

Sin embargo, aquí estamos, un día más, cumpliendo con la columna comprometida a este periódico, o a otros, por una razón cuyo epicentro se escapa o no llego a dilucidar, y que nace de una necesidad que después de tantos años arando el surco blanco de la página, se ha convertido casi en un deber para consigo y para con los demás, lo cual no deja de ser al menos enigmático.

Pero, vayamos a lo que interesa, siempre desde la subjetividad y del derecho a la libertad de expresión que la Constitución consagra. Es cierto que el sistema electoral norteamericano es diferente al nuestro y también la idiosincrasia de los ciudadanos que componen ese gran país, y que, para pronunciarse desde la lejanía, del porqué el todavía presidente de USA se comporta de esta manera, digamos tan chusca, teniendo constancia clara de que ha perdido las elecciones, supone un misterio que, no obstante, hay que tomar con mesura. A estas alturas de la película, ni sumando los tres estados que quedan por recontar, sumaría los votos necesarios para mantenerse en el poder.

A pesar de todo, hay que ser respetuosos y hasta que no cuente hasta el último voto, el Comité Electoral, ni puede ni debe dar a nadie por ganador, aunque los números lo canten.

Lo que este muñidor no entiende, es que, desde la Casa Blanca, se siga queriendo confundir a la ciudadanía con el barrunto de que, a los republicanos y a su máximo dirigente, el Sr. Trump, los han metido en una especie de complot universal para derrocarlo, orquestado por el aspirante a sucederle y por todos los demonios del universo incluidos socialistas, comunistas, medios de comunicación, países no afines o interesados, además de todos los ciudadanos que libremente han elegido otra opción que no es la que él representa.

Porque tal posicionamiento supone dividir el país en canal, en dos partes, y, además, impulsar una cadena de odio que no sabemos a qué ignotos lugares puede llegar, teniendo en cuenta que, en los Estados Unidos de Norteamérica, el número de armas que está en posesión de los ciudadanos es muy superior a la población existente. Veremos.

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