Si existiera Premio Nobel de Sociología, sin duda le habría sido concedido a Alejandro Portes. El Premio Princesa de Asturias ha compensado esta carencia otorgándole el suyo en la modalidad de Ciencias Sociales. Los méritos del cubano-estadounidense para recibir el prestigioso galardón son innegables, como también lo es la oportunidad de su concesión en una época en que los movimientos migratorios adquieren dimensión global y gran repercusión mediática, que se refleja en las referencias constantes a hechos como las medidas restrictivas de Trump en sus fronteras, las guerras de Oriente Medio, la huida de las hambrunas en África o el trágico escenario en que se ha convertido nuestro Mediterráneo. En particular, en España las actitudes xenofóbicas preexistentes han encontrado en Vox la voz que clama por el endurecimiento de una política de migraciones europea, que ellos estiman blanda en exceso.

El mejor modo de conjurar el riesgo de que la opinión pública se deje guiar por mensajes que aprovechan ese fondo de miedo al extraño que cultivan algunos, es una vacuna de información seria y veraz, que solo puede surgir de un análisis serio de las realidades sociales. Portes, a nivel mundial, es sin duda alguna el representante más prestigioso de una corriente científica basada en estudios longitudinales, que van más allá de la foto fija de una situación en un momento concreto para observar la evolución de sucesivas generaciones de inmigrantes. De estos estudios surgen conceptos como el de asimilación segmentada que en nuestro contexto sería equivalente al de integraciones diferenciadas.

Traducida al español tenemos una obra capital de Alejandro Portes, América inmigrante (Anthropos, 2010), que cuenta con una excelente presentación de Estrella Gualda, directora en la Universidad de Huelva del Grupo de Estudios Sociales e Intervención Social, que está trabajando sobre la línea de Adolescentes y Jóvenes Inmigrantes e Hijos de Inmigrantes. De esta presentación recogemos unas palabras del sociólogo premiado, que marcan el que consideramos debe ser el camino a seguir: "Más útil que seguir prestando atención a este lamentable coro (se refiere a los restriccionistas), es reflexionar sobre qué políticas pueden resolver los problemas más importantes a los que se enfrenta hoy la inmigración, a fin de maximizar su contribución al país y a las comunidades que esta crea".

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