En un mundo que se comunica a través de siglas, cuando me parecía que las educativas las tenía todas controladas (ha sido como aprender un idioma nuevo), aparece la PEvAU.

La PEvAU (Prueba de Evaluación para el Acceso a la Universidad), anteriormente Selectividad, y que lo único que trae novedoso es esa v minúscula, se ha estrenado con problemas. En la comunidad valenciana, donde ya se ha celebrado, los estudiantes denuncian que la prueba de Matemáticas contenía cuestiones de Física en su enunciado, por lo que la mayoría de ellos no la ha superado y se ha rebelado contra la organización y la redacción de la misma, (sin entrar en juicios, con un escaso dominio de las Ciencias, al leer la prueba, puede pensarse que está redactada en otro idioma).

El caso es que siempre que los estudiantes se manifiestan en este país, por tradición, las autoridades pertinentes responsabilizan a los "malos estudiantes". Critican las maneras, el oportunismo, las mentiras o las exageraciones… Puede ser cierto, pero también lo es que siempre que protestan, se encuentran con una pared sin ojos ni oídos.

Los estudiantes valencianos sostienen que si sus pruebas son más complicadas que las del resto de comunidades, tienen menos posibilidades de conseguir una plaza en la Universidad, puesto que éstas se conceden de una bolsa común (el distrito único). Rápidamente han saltado los defensores de una prueba única para todo el país y rápido ha respondido la ministra de Educación en funciones que nanai. El problema, señores, está servido.

Tiene razón Celaá, si cada comunidad tiene un curriculum propio, la prueba deberá ajustarse a lo que se estudia en cada una de ellas. Tienen razón los rectores y rectoras. Si las pruebas están confeccionadas por especialistas en la materia, habrá que confiar en ellas. Tienen razón los estudiantes ¿Por qué pueden ocupar la plaza universitaria los que más fácil hayan tenido el examen?

Como tantas otras veces, esta partida la ganará el Poder, que jamás admitirá un error porque atender las razones, esgrimidas por estudiantes, es signo de debilidad y la debilidad es incompatible con las exigencias del poder. La ministra no ve incongruencia en que con pruebas diferentes se aspire a la misma plaza universitaria. Los rectores no admiten que la Comisión que redacta las pruebas pueda errar. La Comisión nunca dará la razón a los estudiantes… ¿Por qué será que ahora recuerdo a Marx?: "El poder político es el que organiza una clase para oprimir a otra". No sé…

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