La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El gurú de Juanma

Dicen que Gutiérrez-Rubí tiene un caché de vértigo pero parece un jesuita en una celda de meditación

Las mayorías absolutas no son cosa del pasado: hasta la nueva temporada de Borgen, la exitosa serie danesa que nos descubrió la aritmética múltiple del poder, ha perdido interés. ¿Son ahora los nuevos los que están en crisis? De la desaparición Cs al varapalo a la izquierda fragmentada y abierta en canal.

Las encuestas sobre intención de voto no están sobrevaloradas: las elecciones del 19-J se han quedado cortas al vaticinar la victoria de Juanma Moreno pero han acertado en lo principal. El candidato del PP no sólo ha sido el claro ganador con más apoyo que toda la oposición; también ha abierto el debate sobre si Feijóo debe seguir la vía Moreno o la vía Ayuso para desbancar a Pedro Sánchez de Moncloa.

Las campañas importan. Incluidas las pegadas (anacrónicas) de cartel, los mítines (trasnochados) que no convencen más que a los convencidos y los debates (encorsetados) de televisión con efecto marmota. Macarena Olona lo ha vivido en primera persona; a todos les sobró la segunda semana de campaña pero a Vox le ha superado desde el primer día. Y por (de)méritos propios.

En esta resaca del 19-J, con lecciones interpretables a la carta, ni siquiera falta la figura del enigmático gurú; ese que mueve los hilos en la trastienda sin importar si el interesado es de izquierdas o de derechas. Casualidades. El mismo día que Juanma Moreno hace historia en Andalucía, el asesor de comunicación y consultor político que diseñó su imagen hace cuatro años, el que también dio el giro a la figura de Rubalcaba en 2013 apelando al "orgullo socialista", estaba detrás de otra victoria inesperada al otro lado del Atlántico: Gustavo Petro ganaba las elecciones en Colombia para una izquierda que enarbolaba la "igualdad" y la "justicia social y ambiental" frente a un empresario excéntrico de corte trumpista.

Se llama Antoni Gutiérrez-Rubí y es autor de libros como Políticas. Mujeres protagonistas de un poder diferenciado, Micropolítica o La política vigilada en la era de Wikileaks. Lo han bautizado como "el estratega tranquilo" capaz de mantener siempre la calma, incluida una campaña de alto voltaje como la colombiana con las heridas aún abiertas de las FARC. Dicen en el PP que tienen un caché de vértigo (aunque parezca un jesuita en una celda de meditación) y que en esta campaña no ha tenido nada que ver. No hacía falta; el trabajo ya estaba hecho. Lo hizo cuando puso a Juanma a hablar con una vaca y lo sentó en San Telmo. Son tiempos nuevos pero no todo es nuevo.

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