Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

La garantía, antes del 9 de marzo

LO mejor es amarrar las cosas antes de que pase el 9 de marzo. Cuando se le pregunta a alguien que está cogido por un conflicto laboral o espera que le den vía libre a un proyecto urbanístico o le han dicho en tal o cual departamento que le van a arreglar lo suyo, lo importante es que esté firmado antes del 9-M.

Después de casi dos años inmersos en precampañas y campañas a las municipales primero y después a las autonómicas y generales, lo que viene a la vuelta del 9-M son tres años de descanso electoral, es decir, de normalidad civil y de traslado del debate a los parlamentos. Llegará la calma a quienes temen o esperan fracaso o éxito, y sobre todo a quienes detrás de los líderes de los carteles tienen la respiración contenida queriendo seguir donde están.

Cuando el resultado se sepa y todos hayan ganado empezará un interregno sicológicamente necesario. Pero sobre todo se abrirá el tiempo del incumplimiento de promesas que ahora nos parecen difíciles de realizar y que en algunos casos van a quedar bajo el polvo del tiempo, como la propia cartelería urbana.

Por eso, la gente que está atrapada en los conflictos quiere que haya al menos una firma en un papel antes del 9-M. En Nilefos no se fían y temen que les vayan a dejar abandonados cuando pasen las elecciones; quienes están preocupados por el desarrollo del Ensanche como proyecto urbanístico temen en su fuero interno que después del 9-M ya no haya prisa, decaigan los compromisos y se vuelva a demorar de nuevo. Y así todo un rosario de temores que tienen como límite la fecha electoral tras la cual llega el tiempo de la realidad.

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