La palabra influencer ha dejado de ser tan solo un concepto usado por los Milennials (jóvenes que llegaron a su vida adulta en el año 2000, con el cambio de siglo) para convertirse en la nueva fórmula de hacer publicidad. Son el reclamo perfecto para las marcas y es que ya no hay nada como estos "prescriptores" para mostrar al mundo las bondades de un producto, una idea e, incluso, una filosofía de vida.

De moda, belleza, deportes, gastronomía, cine, música…en Instagram, Facebook, Youtube, LinkedIn o TikTok encontrarás una gama de la más amplia (y aumentando por día) de estos "nuevos famosos" que, como ocurre en el mundo de la fama, tienen sus adeptos y detractores.

Pero hay algo común que sobrepasa el límite de las plataformas sociales, la tele, la prensa o cualquier medio masivo. El poder de las historias. Cuando una de ellas llega al corazón, no existen críticas que valgan porque por sí sola es capaz de ganarse un hueco en el alma de quién la escucha. No hay nada más poderoso que empatizar con un mensaje o una forma de vida. Porque cuando eso ocurre deja de ser algo ajeno para formar parte de nosotros mismos y de nuestra vida.

Eso me pasa con Elena Huelva. Bueno a mí y a miles de españoles que cada día siguen de cerca su infinita sonrisa. Ella es, a mi entender, la parte bonita que trae el universo de Internet. Porque gracias a esta joven sevillana de 20 años, el mundo es capaz de entender que las ganas, el optimismo y el coraje ante la vida son el mejor antídoto contra el sufrimiento y la enfermedad.

A pesar de su corta edad, Elena ya conoce la faceta más dura de la vida. Con tan solo 16 fue diagnosticada con el Sarcoma de Ewing, un tipo raro de cáncer al que a día de hoy sigue combatiendo.

Pero pese a llevar años de tratamiento, la historia de Elena no está llena de queja, derrotismo ni pena. Justo al revés, ha hecho de su enfermedad un lema y desde sus redes sociales se ha propuesto inspirar, llenar de esperanza y contagiar de vitalidad a todo aquel que la descubre. Una filosofía de vida que ha retratado en su libro Mis Ganas Ganan. Su grito de guerra contra el enemigo. Ese al que mira de frente con respeto pero no con miedo y al que no se cansa de retar a través de la música, la amistad y la particular ventana que ella misma ha construido para mostrar al mundo su mejor cara.

Elena insiste constantemente en que disfrutemos de la vida, porque "Nadie nos ha prometido un mañana. Vivamos el presente." Un mensaje que, gracias a las redes, ha calado desde niños a mayores. Si aún sigues sin saber qué es ser influencer, ella es el significado.

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