El Malacate

Javier Ronchel

jaronchel@huelvainformacion.es

Por el futuro de nuestra provincia

En poco más de un mes, el viernes 4 de marzo, se va a realizar una concentración de protesta en demanda de infraestructuras para Huelva. La reivindicación no es nueva y la movilización es recurrente, aunque esta vez es diferente, con elementos que apuntan a una respuesta mayor que las de intentos previos.

De entrada, no hay partidos políticos ni administraciones entre los convocantes. Ninguno de ellos, de ningún signo y ámbito, se esconde detrás. Sí hay organizaciones empresariales y sindicatos, pero como parte de un grupo con protagonismo totalmente compartido, conocedores todos sus integrantes de que la fuerza reside en el colectivo, no es las individualidades, también para el llamamiento a toda la ciudadanía.

Entre los promotores destaca, en cualquier caso, la Universidad de Huelva, que sabe bien, mejor que ninguna otra institución, de la efectividad de que todo el pueblo se eche a la calle para conseguir sus objetivos. Se produjo así la chispa, en 1988, con la histórica manifestación del 3 de marzo, que, sin ser la única, logró una respuesta unitaria y contundente de Huelva para la creación de tres facultades en la provincia, que cinco años después se materializó en la UHU. Y desde 1993 ya hemos podido comprobar sobradamente la importancia que ha tenido para esta tierra alcanzar ese hito.

La nueva movilización del 4 de marzo tiene una conexión sentimental evidente con ese referente de la lucha social en Huelva. Y se mueve, además, por lugares comunes, con la variedad de sus adhesiones al grupo, con el convencimiento de que deben ser los propios onubenses los que se muevan para que se atiendan sus reivindicaciones. Sobra recordar por qué hay que demandar inversiones en una provincia con grandes cualidades para salir de la crisis permanente en la que se encuentra sumida pero condenada por la falta de atención a sus enormes carencias y su perentoria necesidad de desarrollo.

El grupo empezó a trabajar en diciembre y de forma silenciosa está ganando músculo para una demostración de fuerza que es vital. El 4-M debe trasladar que las carencias que sufre esta Huelva no afectan sólo a unos pocos y sí a toda la provincia. A su gente ahora y a las generaciones que están por venir.

Ya se planean incluso cierres patronales en empresas para, como aquel marzo de 1988, facilitar que todos nos sumemos a la concentración que pretende llenar el Paseo de la Ría de miles de onubenses convencidos de cambiar la suerte de Huelva. No hay más motivos. Los onubenses nos jugamos mucho. Porque, como dice el lema de la movilización, esto es por el futuro de nuestra provincia.

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