Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El fondo religioso del caso Mari Luz

ENTRE los factores que rodean el caso de la pequeña Mari Luz, uno de los principales, por sorprendente para muchas personas, es la entereza que en todo momento ha demostrado el padre, Juan José Cortés. Y a nadie escapa que en esta solidez personal tiene mucho que ver la relación de Juan José con la religión, en su caso con la Iglesia Evangélica.

El interés de la Iglesia Evangélica, a través de sus representantes, por aconsejar al padre de Mari Luz de cara a sus intervenciones públicas o la ayuda con que ha contado para convocar manifestaciones a lo largo de toda España e incluso en el extranjero pidiendo la aparición de la pequeña gracias a la estructura de esa misma iglesia, es un componente fundamental en este desgraciado caso. Así lo reconocen incluso autoridades y policías que han participado en el desarrollo de los acontecimientos que ahora culminan provisionalmente con la detención del máximo sospechoso de la muerte de Mari Luz.

La religión, sea cual sea su orientación, aún se entiende desde algunos sectores como un factor alienante, mientras que se acepta como progresista el culto a iconos relacionados con el consumo, o se convierte a un líder o artista en objeto de culto y guía espiritual de una generación.

Hoy día, por ejemplo, resulta más progresista en ciertos lugares del mundo occidental seguir al Dalai Lama que al Papa del Vaticano. Son formas diferentes de querer orientarse, que a veces se ponen en valor de forma excluyente. En cualquier caso, si la religión sirve para sostener a una persona como Juan José en un trance tal brutal como el que está pasando, bienvenida sea.

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