Debe ser que nos gusta vivir al límite. La fecha de caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental del Ceus marca una línea roja que no se puede cruzar. Tras ella, el olvido para un proyecto que puede y debe marcar el futuro desarrollo de la provincia. Desde que se aprobó tiene un día límite. El tiempo ha pasado despacio, despacio como si nunca fuese a llegar. Ahora que el punto de no retorno lo tenemos ante las narices la velocidad de las gestiones se dispara. Bueno es si sirve para que despegue un proyecto de aviones no tripulados con muchos capitanes a los mandos.

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