Terminó el pasado sábado el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), deja un balance positivo aunque no haya estado exento de polémicas. Una de ellas, la de la propia denominación de nuestra lengua, español o castellano, aunque no ha faltado quien proponga rebautizarla como idioma hispanoamericano, solicitando que así se denomine el próximo Congreso, que se celebrará en 2022 en Arequipa (Perú), según propuesta del Instituto Cervantes. En un desenfadado dúo poético, Luis García Montero, director del Cervantes y Joaquín Sabina, homenajeado en un multitudinario concierto, resaltaron "la suerte de un idioma / cargado de memoria y de misterio, / que nos une a 600 millones de parlantes, / un mundo de poetas y cantantes, / que se llama español / o castellano, / y va de sol a sol, / como un hermano, / y cruza Andalucía / que rima con García, / y llega hasta Argentina, / que rima con Sabina…".

La clausura fue con otro gran concierto en el deslumbrante teatro Libertador San Martín, recientemente restaurado, tributo a Atahualpa Yupanqui, en el que cuatro conjuntos corales, con la Banda Sinfónica de la Provincia de Córdoba, el trío Chavero y las cantantes Mery Murúa y Paola Bernal, se unieron a la imagen proyectada de Don Ata y a su hijo Roberto Kolla Chavero, acompañado por el guitarrista Alberto Muñoz, que cantó algunas de las canciones más populares de Yupanqui: Campesino, El arriero, Camino del indio… El domingo, ya finalizado el programa oficial, lo compartimos con El Kolla, que nos recibió en Cerro Colorado, la aldea en la que vivieron sus padres, cuya casa se ha convertido en un lugar de culto que, además de contener los recuerdos del cantautor, se sitúa en un paraje privilegiado en el que la montaña rojiza por el hierro, que evoca el temple del propio Atahualpa, nos hizo imaginar un futuro hermanamiento de tan bello rincón con nuestro río Tinto. Al pie del roble donde reposan sus cenizas el poeta llegado de Granada Chema Cotarelo, compañero de estos días de congreso, leyó un hermoso poema de homenaje.

Una vez presentado en el precongreso de Carlos Paz y en el Festival de la Palabra del CILE el proyecto de versiones bilingües de Platero y yo en los idiomas originarios, es el momento de dejar atrás Córdoba y la profunda huella jesuítica impresa en sus monumentos y sistema universitario, para viajar con Platero a Mendoza, la región que dicen produce los mejores vinos de Argentina y de Latinoamérica, donde estamos invitados por el Gobierno de la provincia.

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